Stephanie Quiñones estaba celebrando su cumpleaños 35 en un club ilegal en Queens cuando se desmayó en la pista de baile, el cantinero envió un mensaje a su madre en Florida y a su hermana, pero no llamaron al 911 por lo que no pudo ser salvada.
Una madre de Jackson Heights quedó inconsciente mientras estaba de fiesta en un club nocturno ilegal de Queens y en vez de llamar al 911, los empleados la arrastraron a una habitación trasera, donde estuvo por horas hasta que murió, declaró su familia.
Identificada como Stephanie Quiñones estaba celebrando su cumpleaños 35 en el club nocturno ilegal en 49th Street en Astoria el 31 de julio cuando de repente perdió el conocimiento, indicaron sus familiares.
El medio The New York Post revisó las imágenes en las que se podía observar a personas abofeteando a la mujer en la cara, aparentemente para revivirla, antes de sacarla de la pista de baile por los brazos.
El cantinero de la discoteca, que no cuenta con una licencia de licor de acuerdo con la Autoridad Estatal de Bebidas Alcohólicas, envió una foto de Quiñones inconsciente a su madre en Florida y le envió mensajes de texto a su hermana, Jasmine González, residente de El Bronx.
“Ven a buscar a tu hermana borracha”, señaló González que le dijeron.
Cuando la hermana, quien dijo que no se dio cuenta de lo grave de la situación, llegó al sitio dos horas después y finalmente se comunicó con el 911, los trabajadores del club escaparon y la encerraron adentro, donde descubrió que su hermana yacía sin vida.
“Estaba haciendo compresiones en una persona muerta”, dijo González. “Todos me dejaron sola. Nadie tuvo la decencia de quedarse”.
Salió para llamar a la ambulancia que se acercaba, después volvió a entrar con Quiñones, pero cuando los paramédicos llegaron a la cuadra, los empleados habían cerrado la puerta del club, informó New York Post.
“Todos se fueron porque no querían estar allí cuando llamaran a la policía”, manifestó.
Quiñones fue trasladada al Hospital Mount Sinai luego de que llegaron los paramédicos, explicó González.
El Departamento de Policía de Nueva York dijo que estaban investigando a una persona declarada muerta en el club esa noche, pero no identificaron a Quiñones por su nombre.
“Alguien todavía tendría a su madre si llamara al 911”, expresó González. “Lo que más me duele es que no solo no llamaron al 911, sino que fue cruel que yo fuera allí, dándome esperanzas de que ella estaba viva”.
Los familiares y amigos de la mujer dijeron más tarde que encontraron el video en redes sociales que la mostraba muerta en la pista de baile.
“Estos usuarios de Instagram están haciendo circular toda esta mierda”, dijo Talea Wufka, amiga de la familia y activista. “Todos están grabando videos, así que hacen todo menos llamar al 911”.
González dijo que cree que su hermana ya no tenía signos vitales cuando se tomó el video.
“Ella no tuvo ninguna reacción en absoluto [en el video]”, dijo. “Por lo general, la gente tiene una reacción”.
Por su parte, los residentes y las empresas locales dieron a conocer que estaban aterrorizados por el club, que permanece abierto durante toda la noche y hasta la madrugada.
“Si es un establecimiento ilegal, este es el resultado final”, apuntó Wufka. “No querían policías, no querían una ambulancia, porque no querían que se expusieran sus actividades ilegales”.
El dueño de un negocio cercano quien declaró de manera anónima por temor a represalias dijo que el club en principio dijo que era una compañía de seguros cuando se mudaron en la pandemia, y posteriormente comenzaron a organizar fiestas nocturnas.
Desde ese momento, la familia de Quiñones inició una campaña de GoFundMe que hasta el momento ha recaudado un poco menos de $25,000 dólares.
El médico forense dijo que sigue trabajando para determinar la causa de muerte de la madre de una niña de 12 años identificada como Laurel.
Por Marlyn Montilla