sábado 23 de noviembre de 2024 19:57 pm
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La legisladora del condado de Queens, una de las políticas latinas más fuertes de Nueva York, le pide al Alcalde Adams que resuelva los problemas de la Gran Manzana.

Jessica Ramos es una de las líderes más fuertes del ruedo político en Nueva York. La senadora estatal por el condado de Queens, no solo hizo historia hace cinco años, tras convertirse en la primera colombiana en alcanzar una silla en la cámara alta de la Legislatura estatal, sino que además, cuando pocos lo veían posible, logró en 2021 que Albany aprobara la ley de trabajadores excluidos con la que 130,000 indocumentados recibieron, cada uno $15,600, por compensación de desempleo, tras la pandemia del COVID.

La también defensora de los vendedores ambulantes e impulsora de la reforma penal y la legalización de la marihuana, quien ha venido sonando como una posible contendora del actual alcalde de Nueva York, Eric Adams, para las elecciones del 2025, habló con El Diario NY, y no solo aseguró que no descarta medirse al mandatario en las urnas, sino que lanzó fuertes críticas a la gestión que ha hecho el burgomaestre.

Con su estilo coloquial, y señalando que Adams ha cometido errores garrafales en el manejo de la actual crisis de migrantes, que ha visto llegar a más de 116,000 solicitantes de asilo a la Gran Manzana, de los que no se cuenta con registros ni historiales, y en la crisis de vivienda, la senadora latina calificó a la Administración municipal como un “desorden”, y le pidió al Alcalde que “deje de rumbear” y mejor se ponga a trabajar, en vez de “lavarse las manos” por su falta de manejo y liderazgo.

Senadora, ¿Cómo ve la gestión del Alcalde Adams en el manejo de la crisis de migrantes?
“¿Por dónde empezar? Bueno, empecemos con la llegada de los inmigrantes. A ellos les dio la bienvenida una agencia que no hizo el trabajo debido de crear un registro de las personas recién llegadas. Y es que lo que hace que Nueva York sea una Ciudad Santuario, es la orden ejecutiva número 41, que firmó el alcalde Bloomberg, que decía que la Ciudad no iba a compartir información personal con el Gobierno Federal. Esa es la ley que nos hace una Ciudad Santuario. Deberíamos de haber aprovechado esa ley y crear un registro de los que llegaron, saber dónde se están quedando, saber cuándo les toca la próxima fecha de la corte de inmigración. Saber si ya aplicaron para asilo, y también tener un centro de las habilidades y talentos que hayan traído con ellos mismos, para poder involucrarlos en nuestra sociedad, tan pronto sea posible. Yo misma, caminando por la Roosevelt he conocido profesores venezolanos y ecuatorianos que han llegado hace casi un año, y que pudieran haber estado listos ahorita en septiembre, para ayudar a los 19,000 niños inmigrantes que ingresaron a nuestro sistema escolar. Era para nosotros haber implementado un programa de educación bilingüe mucho más vibrante de lo que tenemos. Pero hemos estado perdiendo demasiado tiempo. Esos son dos ejemplos básicos”.

¿Pero este tema de 116,000 migrantes en un año, no ha sido una papa caliente para el Alcalde?
“Pero es la misma culpa de él. En los primeros dos años de la pandemia, Nueva York perdió aproximadamente a 500 mil personas. Entonces, decir ahora que han llegado 100 mil personas que esto es un desastre y que van a destruir a Nueva York, eso es una retórica xenófoba. El Alcalde enfatiza el reto, de la forma más negativa, viendo que si hay algo que nos caracteriza como neoyorquinos, sin importar de dónde venimos, es que nos enfrentamos a los problemas con la mejor actitud, la mejor ética de trabajo, y salimos adelante todos juntos. Eso lo vimos después del 9/11 y lo vimos ahora en la época después de la pandemia. Así que cómo es que va a decir que una comunidad inmigrante, que tradicionalmente ayuda a fortalecer nuestra economía, va a destruir algo. Para nada, el man está errado”.

El alcalde Adams responsabiliza a Albany por la crisis de vivienda asequible en la Gran Manzana. ¿Está de acuerdo?

“Hay muchísimo que la Ciudad puede hacer sin el permiso de Albany, especialmente cuando se trata de albergues y viviendas de apoyo, que incluyen soportes de salud mental y apoyo para empleo dentro del mismo edificio residencial. Sin embargo, hemos estado luchando para hacer mucho más desde el Estado, pero el Alcalde es muy rápido en echarle la culpa a las otras entidades sin hacer lo que está en su poder. Volvemos al mismo tema con la crisis migratoria, él tiene toda la razón cuando dice que el Gobierno federal debe de mandar dinero y hacer muchas cosas para ayudar a la Ciudad, pero eso no es excusa para que se lave las manos y echarse con las petacas (no hacer su trabajo), y que no haga nada. El Alcalde puede hacer mucho, el Estado puede hacer mucho, pero si yo fuera él, me enfocaría en mi trabajo… mejor qué deje de rumbear. Albany puede estar haciendo mucho más, sí, más para legalizar sótanos de manera debida, para urbanizar ciertas áreas, especialmente cerca de los trenes. Hay mucho, pero últimadamente la Ciudad tiene el poder de hacer bastante sin necesidad de tener el permiso del Estado. Y pongo de ejemplo el antiguo alcalde (Bill De Blasio), que formó su propio programa de vivienda sin permiso de Albany”.

Senadora, su nombre ha sonado como una posible contendora contra el alcalde Adams en las elecciones del 2025 ¿Está considerando enfrentarlo para ser Alcaldesa?
“Yo he sido muy franca en mi crítica a la Administración actual. La Administración Adams me parece muy desordenada. Hay muchísimas oportunidades, que hemos desperdiciado, y estoy comprometida con que haya un mejor liderazgo al mando de la Administración Municipal. No sé si yo sea la persona, pero sí estoy comprometida en tener una Alcaldía que de verdad funcione. No descarto la idea”.

Una impresión que ronda a muchos inmigrantes antiguos es que Nueva York está más enfocado en ayudar a los recién llegados que a los que tienen tiempo acá. ¿Qué les dice?
“Les diría que apaguen el televisor, porque les están mintiendo. Primero que todo, lo que se les está ofreciendo a los inmigrantes pidiendo asilo es lo mismo que se le ofrece a cualquier otro neoyorquino, sin importar su estatus migratorio. Así que no hay diferencia. En lo que sí hay diferencia es en la falta de una reforma migratoria a nivel nacional. Necesitamos que el Gobierno Federal, no solo expedite los permisos de trabajo para los recién llegados, sino para todos los que han estado esperando un camino a los papeles en las últimas décadas. Ese es el problema que tenemos. El otro problema que veo, es que hay demasiados neoyorquinos que no entienden las leyes de migración. Las personas que vienen a este país buscando asilo, no están ilegalmente. Pero hay demasiados medios que insisten en esa retórica, que no es basada en la ley”.

¿Cómo evalúa la gestión que usted ha hecho en la Legislatura estatal?
“Creo que en los últimos años, los cuales han sido muy difíciles por la pandemia y por el nivel de pobreza, ha sido muy importante pasar medidas para proteger a los trabajadores, asegurarnos de que no haya represalias en contra de los trabajadores inmigrantes, y he podido pasar leyes para disminuir los incidentes de discriminación en contra de los inmigrantes indocumentados. Y también está el famoso fondo para los trabajadores excluidos. He pasado leyes para proteger a trabajadores agrícolas, a los carwasheros (lavacarros). Estoy tratando de darle días de enfermedad a las trabajadoras domésticas, a las trabajadoras de uñas, que también necesitan un lugar en donde poder negociar su pago y sus condiciones laborales. Y todo esto surge de mi carrera antes de ser senadora y antes de haber trabajado para la Alcaldía. Yo trabajé para sindicatos por muchos años, y trabajé en una firma de abogados, ahí en la Roosevelt, siete años y pues conociendo todas las historias de la gente que llega a esta ciudad, incluyendo las historias de mi propia familia, me han urgido en enfocarme, y ganar estos proyectos legislativos, hacerlos realidad, implementar programas que de verdad funcionen. Y ahora que estamos enfrentando la crisis migratoria y le estamos dando la bienvenida a tantos compatriotas, y tantos sudamericanos, me parece que nosotros mismos lideremos una conversación para darles la bienvenida de poner sistemas en juego que los ayude a establecerse aquí, especialmente cuando el Gobierno federal no nos está colaborando. Y por eso es que he estado abogando, tanto al nivel municipal y estatal para poder facilitarles a ellos la llegada con mínima interrupción a la vida cotidiana”.

Por  Edwin Martínez

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