domingo 24 de noviembre de 2024 03:50 am
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Manifestantes confrontaron a los Representantes Demócratas en frente del Hotel Roosevelt, reclamándole que la crisis migratoria estaba destruyendo a la Gran Manzana. Y era tiempo de “cerrar la frontera”. Un grupo de jóvenes solicitantes de asilo que estaba cerca, no se quedó callado.

Una rueda de prensa convocada este viernes, por una delegación de congresistas demócratas de Nueva York, en las afueras del Hotel Roosevelt, en Manhattan, en donde se encuentra uno de los centros de acogida de inmigrantes de recién llegados, estuvo al borde de terminar en un enfrentamiento violento entre dos grupos. 

Los ánimos se empezaron a elevar, lo cual requirió inclusive la acción policial.

Por un lado, los representantes Alexandria Ocasio-CortezAdriano Espaillat y Nydia Velásquez, entre otros, fueron abucheados por manifestantes que airadamente exigían: ¡Cierren la frontera!  ¡Respeten la Constitución! !Están destruyendo a Nueva York!

Del otro lado, una docena de inmigrantes rechazaron que fuesen señalados por los manifestantes como “ilegales que están arruinando a la Ciudad”: ¡Nosotros solo queremos trabajar!

La conferencia de prensa duró menos de lo esperado. Apenas cinco minutos. Los estruendosos gritos de un lado y otro, interrumpieron todas las alocuciones programadas.

Vinieron a entender la crisis migratoria

La representante de El Bronx, Alexandria Ocasio-Cortez, expuso brevemente que evaluaron la situación de miles de inmigrantes que cruzaron la frontera sur con México y que siguen llegando en masa a Nueva York, a un ritmo de 10,000 personas mensuales en promedio.

“Queremos asegurarnos de que tengan los recursos necesarios y que nos unamos a la Ciudad y al Estado. Vemos tantas historias, historias desgarradoras que se manifiestan aquí. Lo que pienso es que estas son personas que llevarán a la ciudad de Nueva York a un lugar mejor”, dijo Ocasio-Cortez.

Por su parte, el dominicano Adriano Espaillat, quien representa al Alto Manhattan, aclaró que la delegación estaba allí para “ver por sí mismos cuál es la dinámica migratoria en nuestra nación“. Relató que la delegación del Congreso vio a niños, familias y personas que quieren trabajar, que huyen de la violencia y desastres ambientales.

Los congresistas hablaron de ciertos acuerdos para ayudar a la ciudad a oxigenarse: Primero, hay un consenso en donde se deja claro que se necesitan más recursos federales para atender este problema. Segundo, permitir autorizaciones de trabajo, para que los recién llegados puedan mantenerse lo antes posible. 

“Se les impide conseguir empleo y eso es parte de la presión sobre nuestros sistemas públicos. Cuanto más rápido la gente pueda acceder legalmente al trabajo que están solicitando, mejor podremos resolverlo”, subrayó Ocasio-Cortez.

Complicado telón de fondo

La visita accidentada de este grupo de congresistas, a uno de los principales centros de acogida más grandes de la ciudad, habilitado en el corazón de Manhattan, tiene un complicado telón de fondo.

Desde la primavera 2022 y hasta la semana pasada más de 113,000 personas se han acogido a una norma municipal que prohíbe que las personas duerman en las calles, por lo cual el gobierno municipal está en la obligación legal de darle hospedaje y servicios. 

En palabras del mismo alcalde Eric Adams, es una avalancha humana que está ”destruyendo a la ciudad, tal como la conocemos”.

Además, el mandatario municipal confirmó que esta crisis migratoria llevará a varias agencias de la Ciudad a recortar un promedio del 5% de sus fondos para servicios para los neoyorquinos, para atender a más de 60,000 personas que se encuentran bajo el cuidado de la Ciudad, en más de 200 centros de acogida temporal en donde a los inmigrantes se les ofrece comida y servicios médicos.

El alcalde lo ha calificado como una crisis humanitaria, que le costará a la ciudad unos 12,000 millones de dólares en tres años. Y en las últimas semanas él mismo ha elevado el tono al gobierno federal, tras puntualizar que “han dejado sola” a la Ciudad de Nueva York, en una crisis migratoria que es global.

La gran proporción de los inmigrantes provienen de Venezuela. Recientemente se han confirmado oleadas de Ecuador, Nicaragua, Haití, Cuba y Colombia. Adicionalmente, desde este verano cientos de africanos también han sido acogidos por la Ciudad, particularmente de países como Chad, Mauritania y Senegal.

La fórmula planteada por los congresistas neoyorquinos en esta visita, 15 meses después que se empezó a perfilar esta emergencia para la Ciudad de Nueva York, está en sintonía con las demandas del alcalde Adams: Más fondos y agilización de los permisos de trabajo.

En concreto, no se confirmó este viernes algún avance de fondos de ayuda para la Gran Manzana desde el Capitolio. 

“¡Gente ilegal, con todo gratis!”

La aparición de los congresistas en las puertas del hotel que funciona como refugio, detonó de inmediato gritos acompañados por carteles que exigían: ¡Cierren la frontera! ¡Los estadounidenses primero! ¡Son ilegales! ¡Son peligrosos!

En el grupo de por lo menos 30 manifestantes, algunos con megáfonos, se encontraba el colombiano David Rim, quien espetó que si se siguen anunciando más fondos para ayudar a los recién llegados “nunca van a parar de llegar”.

Es absurdo que a nosotros los neoyorquinos, nos estén quitando fondos de nuestras escuelas y de las escuelas y que nos resten beneficios que nos merecemos, para mantener a miles de  personas, que es falso que son solicitantes de asilo. Apenas un 10% de ellos aplicarían para ese beneficio”, reaccionó David.

El colombiano cuenta emocionado, que desde hace siete años, está intentando traer a dos familiares desde Medellín, de forma legal. Y en este largo tiempo, está esperando solo una cita en el consulado de Estados Unidos en Colombia, sin recibir respuesta.

“Tenemos un sistema que está destruyendo a nuestra ciudad.  Quien viene de forma ilegal, violando la Constitución lo premian pagándoles todo. Poniendo en riesgo nuestra seguridad. Ahora vienen los congresistas a decir que se necesitan más fondos. Lo que exigimos es que los regresen a México y esperen ocho y 10 años, la respuesta de su caso de asilo allá”, aseveró el manifestante.

Otro que protestó fue Jonathan Rinandi, que casi termina arrestado por pasar las líneas de seguridad, en donde se encontraban los congresistas. Aseguró que se une a este “clamor de la mayoría de los neoyorquinos”, no porque rechace a los inmigrantes como seres humanos, sino porque a su criterio están siendo “usados” en un juego político que “destruirá a la ciudad”.

Los hispanos, los negros y millones de inmigrantes que viven aquí por años, no tienen derecho a viviendas asequibles. Están sacando a muchos de sus casas porque no pueden pagar la renta. La ciudad no tiene plata para ayudarlos a ellos, pero sí para atender a gente ilegal. Con todo gratis. ¡No es justo!”, aseveró el residente de Queens.

¡Solo queremos trabajar!

En medio del caos en el cual terminó la rueda de prensa de los congresistas, un grupo de jóvenes inmigrantes en las cercanías del Hotel Roosevelt, se enfrentaron verbalmente a los manifestantes exigiendo a viva voz “respeto y comprensión”.

Una joven recién llegada, que se identificó como venezolana, calificó como “injusto” que de manera creciente los señalen con el dedo, como “ilegales”, que vinieron a destruir la ciudad de Nueva York.

Tener o no tener un papel, no nos quita nuestra condición de seres humanos. Estamos aquí porque queremos un mejor futuro. Somos beneficiarios de un parole humanitario como venezolanos, que se la ha dado también a gente de otros países. Aquí toda la vida, han estado millones de indocumentados. Nosotros agradecemos porque el gobierno nos apoya con hotel y comida. Pero queremos es trabajar”, indicó.

Otro grupo de venezolanos, que se autodenominan como solicitantes de asilo, compartieron con El Diario que vienen huyendo de las condiciones terribles de su país y del rechazo que sufrieron en otros países andinos, en donde habían emigrado previamente.

En medio de cruce de palabras que requirió la intervención policial, para evitar lo peor, se entremezclaron insultos, acusaciones y gritos.

“Aquí el asunto se está poniendo igual o peor. Nos están rechazando feo”, acotó otro inmigrante.

Otro venezolano asegura que es falso que “nosotros vinimos para que nos regalen todo. Nosotros lo único que queremos es nuestro permiso de trabajo para independizarnos”, repitió.

Por  Fernando Martínez

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