Madre e hijo condenados a cadena perpetua por asesinato y robo en Chicago
En un caso que estremeció a la comunidad, una madre y su hijo, identificados como Candice Jones y Ernest Collins, han sido condenados a extensas penas de prisión por el asesinato y robo de Michael Armendariz en 2018. El hecho, descrito por las autoridades como una “ejecución a sangre fría,” involucró un plan premeditado para robar y asesinar a la víctima.
El macabro plan
El 14 de enero de 2018, Michael Armendariz fue atraído fuera de su apartamento mediante un mensaje de Snapchat enviado por Cassandra Green, quien también formaba parte del complot. Una vez dentro de un vehículo conducido por Green, Collins apareció en la parte trasera y le disparó dos veces en la cabeza.
Posteriormente, junto con la madre de Collins, trasladaron el cuerpo de Armendariz a un bote de basura en el garaje de la casa de Jones. Al día siguiente, Collins y Green robaron el apartamento de la víctima usando las llaves que habían tomado durante el ataque.
El cuerpo de Armendariz fue descubierto meses después, gracias a una investigación conjunta de las policías de Naperville y Chicago.
Sentencias ejemplares
•Ernest Collins: 70 años por asesinato y 28 años por robo a mano armada, totalizando 98 años.
•Candice Jones: 40 años por asesinato y 21 años por robo a mano armada, sumando 61 años.
Ambos deberán cumplir el 100% de sus condenas, lo que prácticamente significa que pasarán el resto de sus vidas en prisión.
Por su cooperación, Cassandra Green, involucrada en el crimen, fue sentenciada en 2022 a 21 años de cárcel tras declararse culpable de robo a mano armada.
Reacciones
El fiscal del condado de DuPage, Robert Berlin, calificó el acto como una “ejecución sin piedad” y destacó la naturaleza despiadada del complot. Aunque reconoció que las largas sentencias no reparan el daño causado, agradeció a los equipos policiales y fiscales por su arduo trabajo para hacer justicia.
Este caso deja un recordatorio de los terribles efectos de la violencia, mientras que las familias de la víctima aún enfrentan el dolor de una pérdida irreparable.
Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com