Una legisladora filtró las conversaciones, que incluyen insultos al presidente.La polémica no amaina.
La diputada libertaria Lourdes Arrieta filtró los chats que demostrarían que legisladores de la bancada de La Libertad Avanza, el partido del presidente Javier Milei, visitaron en la cárcel a los represores que cometieron delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar (1976-1983) con el fin de apoyarlos y promover su liberación.
Mediante una publicación en la red social X, Arrieta expuso las conversaciones con sus compañeros y selló así la peor semana que ha enfrentado Milei desde que asumió en diciembre pasado, ya que estallaron múltiples conflictos en su partido y con sus aliados.
La crisis comenzó a mediados de julio, cuando el portal La Política Online reveló que seis diputados oficialistas habían visitado a emblemáticos represores, entre ellos Alfredo Astiz, Raúl Guglielminetti, Carlos Suárez Mason y Adolfo Donda, que fueron condenados por secuestros, torturas, asesinatos, desapariciones, violaciones y robo de bebés.
Desde entonces, Milei se desligó de la estrategia para liberar a los represores, en tanto que sus diputados trataron de restarle importancia a la polémica visita que provocó un repudio generalizado.
La propia Arrieta, quien formó parte de la comitiva, aseguró que había ido bajo engaño, que ella no sabía quiénes eran Astiz ni los otros criminales porque nació «en 1983».
Pero ahora, los chats probarían que todos estaban al tanto de que el objetivo central era acudir al penal para respaldar a los genocidas e impulsar proyectos de ley para que salgan de prisión, con el pretexto de que son mayores de 70 años.
Operativo
Además, según las conversaciones filtradas, hubo una visita previa a los represores que no se difundió públicamente; y habría más diputados involucrados de los que se conocía hasta ahora.
Aparentemente, las conversaciones prueban la participación de otros funcionarios en la organización de la visita, como la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem; el exprocurador de la Cámara de Casación Penal, Eduardo Riggi; la jueza Agustina Díaz Cordero; y el director del Servicio Penitenciario Federal, Fernando Martínez.
Si se prueba la veracidad de la información, la visita dista de haber sido un hecho aislado o improvisado, ya que habría contado con luz verde por parte de miembros de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
Las capturas de chats que publicó Arrieta revelan que el artífice del operativo fue Javier Olivera Ravasi, un cura que, debido a este escándalo, ya fue expulsado de la diócesis en la que vivía.
El sacerdote es hijo del exmilitar Jorge Antonio Olivera, quien fue condenado por secuestros, torturas y desapariciones cometidas en la provincia de San Juan. También es una persona cercana a Victorial Villarruel, la vicepresidenta que basó su carrera política en la defensa de los represores y que hoy sostiene un duro enfrentamiento con el presidente.
La visita al penal de Ezeiza comenzó a fraguarse desde febrero, es decir, apenas dos meses después de que Milei asumiera la presidencia. Ravasi creó el primero de varios grupos de chats en los que tratan a los genocidas como «presos políticos», «ancianos encarcelados» y «octogenarios» que merecen la libertad.
Ya en marzo, el diputado Beltrán Benedit informó a sus compañeros que la ministra de Seguridad y el director del Servicio Penitenciario Federal habían dado el visto bueno para visitar a los represores.
Pleitos
El «tour» finalmente se llevó a cabo el 13 de julio y, después de charlar amablemente con los represores y mostrarles su apoyo, los diputados quisieron publicar un comunicado y una foto del encuentro.
Pero desde el Gobierno se los impidieron, lo que provocó críticas contra Milei.
«Un ejecutivo al que le tiembla el pulso para permitirnos sacar un comunicado (…) qué papanatas», se quejó Benedit.
«Me preocupa más nuestro sector político que se vuelve cómplice con el silencio», agregó el diputado Guillermo Montenegro.
Luego de sus largos hilos en X, Arrieta advirtió que presentará más pruebas sobre cómo se orquestó el apoyo a los represores, para que el Congreso constituya una Comisión Investigadora.
La diputada protagonizó la semana pasada una fuerte pela con sus compañeros de bancada, ya que exigió que Menem reconociera su responsabilidad en la visita.
La reunión terminó a los gritos y con una denuncia por violencia de género en contra de uno de los diputados mileístas.
El fin de semana, el bloque oficialista filtró en varios medios que esta semana expulsaría a la diputada Arrieta.
Ese fue el motivo por el que ella decidió publicar los chats que profundizan la crisis política que enfrenta Milei, quien el viernes aseguró que la liberación de los represores no estaba en su agenda.