NUEVA YORK. La comunidad de Somerville, en Boston, conocida por su dinamismo, se ha convertido en un pueblo fantasma debido a las frecuentes redadas de la Policía de Inmigración y Protección de Aduanas (ICE). Estos operativos han paralizado casi por completo la actividad económica, afectando al comercio, el transporte, las escuelas, el turismo y el transporte, según medios de Nueva Inglaterra.
El lunes por la tarde, negocios y calles de Somerville lucían desolados. La comunidad asegura que el miedo a los recientes operativos de agentes federales de inmigración ha disminuido drásticamente la actividad comercial.
Empleados de diversas tiendas en la calle Broadway, una zona comercial muy activa, reportan una significativa caída en la clientela debido al temor a las redadas migratorias.
“En los negocios se ha sentido el cambio”, afirma el barbero dominicano Noe López, quien trabaja en una barbería en el corazón comercial de Somerville. Desde que comenzó el año, la clientela ha disminuido notablemente.
“La gente no sale, con miedo”, añade otro barbero dominicano, Marvi Pérez. “Han bajado bastante. Como un 50 por ciento”.
En otros negocios de la calle Broadway, la mayoría asegura que las ventas han caído hasta un 60 por ciento desde que comenzaron los operativos de los agentes federales.
Para estos trabajadores, la situación es crítica y temen que empeore. Somerville es una ciudad santuario que recientemente ratificó su compromiso con la comunidad inmigrante.
Los dueños de restaurantes en East Boston también han notado una caída en los clientes de su comunidad inmigrante, ya que muchos están preocupados por las redadas de ICE.
Calles vacías y mesas de comedor desocupadas son una tendencia inquietante que el dueño de un restaurante, Fernando Rosas, notó en el vecindario hace un par de semanas. Una comunidad de inmigrantes que alguna vez fue vibrante, ahora paralizada por la preocupación.
«Como propietario de un negocio y residente de East Boston, estoy deprimido. El futuro no pinta bien», dijo el propietario del restaurante BONO en la calle Meridian al canal WBZ-TV.
«Es como si hubiera una especie de miedo. No se ve tanto tráfico peatonal. Las estaciones de tren están bastante vacías”, agregó.
Calles y mesas de comedor vacías, recalcó Rosas, desde que los agentes federales de inmigración comenzaron a realizar redadas en Massachusetts.
Rosas dijo que muchos hispanohablantes en el vecindario tienen miedo de lo que está por venir.
«Ven que algo está pasando en el barrio, están en modo de alerta», dijo. «Deciden no salir de su casa, lo cual es malo para nuestra economía».
«Tan pronto como comenzó a decirse que ICE iba a entrar y llevarse a la gente, ha sido una gran caída», dijo el propietario Aldo Callejas. «Definitivamente, Trump llega al cargo, vino diciendo que iba a deportar a un montón de gente. Es un miedo a lo desconocido, nos dicen estos dueños de restaurantes, y la prueba está en los números”.
«Son las 12:30 y nuestras ventas son de $22.39″, nos mostró. No creo que exista ningún restaurante con estos números».
Si bien muchos de sus compañeros tienen miedo de hablar, Rosas siente la obligación de dar un paso al frente.
«Algunos de nosotros tenemos la responsabilidad de señalar lo que está pasando y me temo que si las cosas siguen como están, vamos a ver el cierre de muchas pequeñas empresas», vaticinó el comerciante.