La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha respondido a las inquietudes de la prensa en relación con el aumento esperado de la migración en el país debido a las políticas migratorias que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, planea implementar, que incluyen deportaciones masivas y restricciones más estrictas para los migrantes. Ante las preocupaciones expresadas por diversas urbes fronterizas, como Ciudad Juárez, Sheinbaum hizo un llamado claro a no asociar a los migrantes con la violencia, subrayando que esta percepción errónea puede generar un ambiente de estigmatización.
“No debemos asociar migrantes con violencia, porque si lo hacemos, nuestro lenguaje será similar al de otros, y eso no es lo que somos como pueblo”, dijo Sheinbaum durante su conferencia matutina. Según la presidenta, México es un país generoso y solidario, y la mayoría de las personas que migran lo hacen por necesidad, buscando una mejor calidad de vida para ellos y sus familias, algo que no pueden obtener en sus lugares de origen debido a diversas situaciones adversas, como la violencia, la pobreza o la falta de oportunidades.
Con la entrada de Trump a la Casa Blanca el 20 de enero, se anticipa un aumento en la migración, especialmente en las ciudades fronterizas, donde ya se observan altas cifras de deportaciones. Sin embargo, Sheinbaum rechazó firmemente la idea de que la migración sea un factor que agrave la violencia en las ciudades fronterizas o en otras regiones del país. “Los migrantes no son la causa de la violencia, sino que migran por necesidad, y lo que buscan es una vida mejor para ellos y sus seres queridos”, expresó la presidenta.
El temor ante las deportaciones masivas es una preocupación importante en México, ya que una gran proporción de los migrantes indocumentados en Estados Unidos provienen de este país. Según datos oficiales, los mexicanos representan casi la mitad de los 11 millones de indocumentados que se estima viven en Estados Unidos, y las remesas enviadas por los migrantes mexicanos representan casi el 4 % del Producto Interno Bruto (PIB) de México. Este año, se espera que las remesas alcancen un récord estimado de 65.000 millones de dólares, lo que pone aún más en evidencia la importancia económica de la migración para México.
A pesar de la preocupación por las deportaciones, Sheinbaum se mostró escéptica sobre la posibilidad de que se lleven a cabo en la magnitud prometida por Trump. No obstante, reafirmó que el gobierno mexicano está preparado para recibir a los migrantes que sean retornados, especialmente a los mexicanos, y que también pedirá a Estados Unidos que, en la medida de lo posible, repatríe a los migrantes de otras nacionalidades a sus países de origen.
“Nosotros no estamos a favor de las deportaciones masivas, pero si se llegan a dar, vamos a recibir a nuestros compatriotas, los vamos a acoger como corresponde”, afirmó Sheinbaum. También expresó su esperanza de poder reunirse con el equipo de Trump una vez que este retorne a la Casa Blanca para abordar el tema de las deportaciones y coordinar esfuerzos en la gestión de la migración de manera que beneficie a ambas naciones.
La presidenta concluyó enfatizando que, si bien no está de acuerdo con las políticas migratorias de Estados Unidos, México siempre estará dispuesto a recibir a los migrantes con dignidad, y para ello, se está preparando un plan que será presentado próximamente.