Un informe canadiense resaltado por National Geographic muestra cómo una acción cotidiana puede eliminar partículas tóxicas antes de que lleguen a tu organismo. Los micro y nanoplásticos (MNP) representan una amenaza emergente para la salud y el medioambiente, a pesar de los controles sanitarios.
Contaminación Invisible
Estas partículas diminutas, producto de la degradación del plástico, se infiltran en ríos, mares, atmósfera y redes de distribución de agua. Incluso el agua embotellada, contenida en envases de tereftalato de polietileno (PET), no está libre de esta contaminación, según la bióloga Elisabet Silvestre.
Solución Doméstica
Un equipo de científicos chinos ha desarrollado una estrategia doméstica para mitigar la exposición a estas partículas. Publicado en Environmental Science & Technology Letters, el método consiste en hervir el agua del grifo, dejarla enfriar y luego colarla con un filtro de acero inoxidable, eliminando hasta el 80% de los micro y nanoplásticos.
Importancia de la Cal
La cal es esencial en este proceso. Al hervir, las partículas plásticas se adhieren al carbonato cálcico (CaCO₃) que precipita, facilitando su separación mediante colado. Este efecto es más notable en aguas duras, ricas en minerales, pero también funciona en aguas blandas.
Riesgos para la Salud
La preocupación por los efectos de los microplásticos en la salud humana está en aumento. Su pequeño tamaño les permite atravesar barreras biológicas, alcanzando tejidos sensibles como el cerebro o el corazón. Se han relacionado con alteraciones en la microbiota intestinal, desórdenes metabólicos hepáticos y un mayor riesgo cardiovascular.
Impacto del Agua Embotellada
En 2022, el consumo de agua embotellada en España alcanzó un récord histórico de 8.700 millones de litros, principalmente en envases plásticos de un solo uso. Esta preferencia contrasta con los esfuerzos por reducir la huella plástica global, ya que cada botella desechada contribuye a un ciclo de contaminación que termina en vertederos y océanos.
Acción Colectiva
Hervir y filtrar el agua del grifo se presenta como una medida sencilla pero efectiva para reducir la exposición a microplásticos. Esta práctica no solo mejora la calidad del agua que consumimos, sino que también puede reducir la demanda de envases de plástico, promoviendo la salud pública y la sostenibilidad ambiental.