martes 3 de diciembre de 2024 14:52 pm
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ARTÍCULO DE OPINIÓN

Miguel Cruz Tejada

NUEVA YORK._ Aunque la barrida del PRM en las principales plazas municipales de la República Dominicana fue clara y contundente, proyectando reeditar ese triunfo en las presidenciales de mayo, el partido oficial y la oposición deben aprende la lección que les deja la más alta abstención electoral en la historia comicial del país.

Ese abstencionismo lo interpreto como una alerta sobre el disgusto que subyace a lo interno de sus filas, a pesar del sólido posicionamiento del presidente Luis Abinader.

Según confirma la Junta Central Electoral (JCE), más de la mitad (53.33%) de los votantes inscritos no acudieron a las urnas a respaldar a los candidatos de sus partidos, incluido el PRM y esa desgana refleja a todas luces que persisten los disgustos en las militancias y dirigencias del oficialismo y también en las trincheras opositoras.

La cifra de electores que se abstuvieron, supera por mucho el porcentaje de 2020, 44.71% y para ilustrar parcialmente con números de la JCE, en Santiago de los Caballeros, segunda plaza electoral decisiva, la abstención se situó en el 70%.

Los 870,000 dominicanos empadronados en el exterior están incluidos en el padrón electoral oficializado por la JCE para los comicios del domingo 18 de febrero 2024.

Llamando a gran preocupación de amplios sectores nacionales, el cuadro de abstención en municipios claves fue de 918,021 personas hábiles para votar, en el Distrito Nacional únicamente lo hicieron 234 mil (25.97%). En Santo Domingo Este solo votó un 26.23%.,  mientras que en Santo Domingo Norte la abstención fue de casi 80%, al igual que en Santo Domingo Oeste.

En Boca Chica, fue de un 70%, en Los Alcarrizos de más de un 80% y así, sucesivamente casi en todas las municipalidades alrededor del país.

Una importante lección que deja al PRM y a la oposición es la de que el liderazgo no se puede medir por cuánto sacaste, sino cuantos seguidores votantes lograste mover a las urnas.

Una de dos: los partidos no utilizaron sus supuestas logísticas o los electores mostraron en la práctica que no están de acuerdo en su mayoría con lo que hace el Gobierno, sus funcionarios y dirigentes oficialistas y esa fue la mejor respuesta para hacérselo saber al presidente Luis Abinader y sus estrategas.

El brillante papel y trabajo de la JCE merece todos los lauros, porque si no hubiera sido por las campañas publicitarias de motivación del tribunal de elecciones, la debacle hubiera sido mucho peor.

Los politólogos aseguran que generalmente la abstención perjudica a los partidos mayoritarios en este caso el PRM y el PLD.

Ya en las primarias perremeístas en Nueva York para escoger los candidatos a diputados en ultramar, el PRM sufrió también una significativa baja de participación muy por debajo de las expectativas. Ese mensaje fue obvio y se repitió ahora en la República Dominicana queriendo decir que el oficialismo debe revisarse.

La advertencia está muy clara.

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