jueves 21 de noviembre de 2024 17:13 pm
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Vulto, de 64 años, abrió su lechería en Walton, Nueva York, en 2012, elaborando queso con leche no pasteurizada. Los clientes comenzaron a enfermarse después de consumir los quesos, en septiembre de 2016.

Un exfabricante de queso de leche cruda, Johannes Vulto, y su empresa, Vulto Creamery, se declararon culpables el martes en relación con un brote de listeria que tuvo lugar entre 2016 y 2017, causando la muerte de dos personas y hospitalizando a otras seis.

Vulto, de 64 años, abrió su lechería en Walton, Nueva York, en 2012, elaborando queso con leche no pasteurizada, que se hizo popular por su sabor y la historia del Sr. Vulto, quien había sido artista residente en una institución vinculada al Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Los clientes comenzaron a enfermarse después de consumir los quesos de la empresa, con los primeros casos reportados en septiembre de 2016, según informó el New York Times. Vulto cerró su negocio en marzo de 2017, después de que la Administración de Alimentos y Medicamentos vinculara su queso con el brote de listeria.

Según documentos judiciales divulgados por el medio, Vulto tomó muestras de sus instalaciones en varias ocasiones entre julio de 2014 y febrero de 2017, y 18 de las 20 muestras dieron positivo para listeria.

La listeria, aunque no causa enfermedades graves en la mayoría de las personas, puede ser peligrosa para ciertos grupos de alto riesgo. Aproximadamente 260 personas mueren cada año en los Estados Unidos debido a infecciones por listeria, según el NYT.

Hasta un año de prisión

Carla B. Freedman, fiscal federal para el Distrito Norte de Nueva York, expresó que la investigación y el procesamiento responsabilizaron a Vulto y su empresa después de causar enfermedades y muerte a consumidores en una tragedia evitable.

Vulto y su empresa se enfrentan a cargos por provocar la introducción de alimentos adulterados en el comercio interestatal, y se espera que la sentencia se dicte el 9 de julio. Vulto podría enfrentarse a hasta un año de prisión, una multa de $250.000 dólares y un año de libertad supervisada, según el New Yprk Times.

El Departamento de Justicia también mencionó que los cargos penales derivados de productos alimenticios adulterados no se presentan con regularidad, pero ocurren. En 2016, dos empresas queseras y un ejecutivo de una empresa quesera se declararon culpables de conspirar para vender queso adulterado y mal etiquetado, aunque en ese caso nadie se había sentido enfermo.

Fernando McMillan, agente especial de la oficina de investigaciones criminales de la FDA, dijo en un comunicado que los consumidores cuentan con la agencia para “garantizar que sus alimentos sean seguros y saludables”.

“Cuando las empresas y los individuos se ponen por encima de la ley al producir alimentos que ponen en peligro y dañan al público, como ocurrió en este caso”, dijo, “nos encargaremos de que sean llevados ante la justicia”.

Por Raúl Castillo

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