La enfermedad renal crónica (ERC) es una afección que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por la pérdida progresiva de la función renal, lo que puede llevar a complicaciones graves y, en última instancia, a la necesidad de diálisis o trasplante de riñón.
Entre las principales causas de la ERC se encuentran la diabetes, la hipertensión arterial, las enfermedades glomerulares, las infecciones renales y las enfermedades autoinmunes. La diabetes y la hipertensión son las causas más comunes, ya que ambas condiciones pueden dañar los riñones a lo largo del tiempo.
Para prevenir la ERC, es crucial mantener un estilo de vida saludable. Esto incluye una dieta equilibrada, ejercicio regular, control de la presión arterial y niveles de azúcar en sangre, y evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco. Además, es importante realizar chequeos médicos regulares para detectar cualquier signo de daño renal en sus etapas iniciales.
El manejo adecuado de las condiciones subyacentes también es esencial. Los pacientes con diabetes deben controlar estrictamente sus niveles de glucosa en sangre, mientras que aquellos con hipertensión deben seguir un plan de tratamiento para mantener su presión arterial dentro de rangos saludables. La colaboración con profesionales de la salud y el seguimiento de las recomendaciones médicas pueden ayudar a ralentizar la progresión de la ERC.
