Maduro asume la presidencia de Venezuela para el período 2025-2031
El líder del chavismo, Nicolás Maduro, fue juramentado oficialmente este viernes como el presidente de Venezuela para el período 2025-2031 por la Asamblea Nacional (AN), un órgano controlado por el oficialismo, en un acto que tuvo lugar ante el presidente del Parlamento, el chavista Jorge Rodríguez. A pesar de las denuncias de fraude y el reclamo de la oposición mayoritaria que considera que Edmundo González Urrutia fue el verdadero ganador de las elecciones presidenciales celebradas en julio de 2024, Maduro asumió su cargo con un discurso en el que reafirmó su compromiso con la “paz, la prosperidad y la nueva democracia”.
“Juro por el histórico, noble y aguerrido pueblo de Venezuela y ante esta Constitución, que haré cumplir todos sus mandatos, inauguro el nuevo periodo de la paz, la prosperidad y la nueva democracia”, declaró el mandatario en un acto de juramentación que se desarrolló en un ambiente de fuerte tensión política. Con estas palabras, Maduro no solo asumió su rol como presidente de la República, sino que también ofreció un mensaje cargado de simbolismo a sus seguidores, insistiendo en la continuidad de la “revolución bolivariana” y la supuesta legitimidad de su gobierno frente a las críticas internas y externas.
A pesar de las controversias y acusaciones de fraude electoral, el acto de juramentación se llevó a cabo sin mayores incidentes, con un Parlamento donde predominan los legisladores afines al gobierno y un control casi absoluto de las instituciones estatales por parte del oficialismo. La oposición, por su parte, ha denunciado la falta de transparencia en el proceso electoral y ha llamado a la comunidad internacional a no reconocer los resultados de las elecciones presidenciales, exigiendo un proceso de auditoría y verificación independiente de los comicios.
En su discurso, Maduro destacó la importancia de la “unidad” y la “continuidad” de su proyecto político, asegurando que su gobierno continuará con las políticas socialistas implementadas en las últimas dos décadas, aunque también reconoció los desafíos que enfrenta el país en términos económicos, sociales y políticos. Además, el mandatario prometió seguir impulsando una “nueva democracia” que, según él, es más inclusiva y representativa del pueblo venezolano, a pesar de las constantes críticas y el aislamiento internacional que enfrenta su gobierno.
El discurso de Maduro se enmarca en un contexto de alta polarización en Venezuela, donde las tensiones políticas continúan siendo intensas. La oposición, que no reconoce los resultados de las elecciones presidenciales, ha acusado al gobierno de haber manipulado el proceso electoral y de recurrir a prácticas autoritarias para mantenerse en el poder. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue observando de cerca la situación en Venezuela, con varios países expresando dudas sobre la transparencia de los comicios y su legitimidad.
La juramentación de Maduro marca el inicio de un nuevo mandato en medio de una situación de crisis económica, humanitaria y política que afecta al país desde hace varios años. La caída de los precios del petróleo, la hiperinflación, la escasez de productos básicos y la emigración masiva de venezolanos son solo algunos de los desafíos que enfrenta el país, mientras que la clase política sigue profundamente dividida entre el oficialismo y la oposición.
En este sentido, Maduro se enfrenta a una situación compleja, con un sector de la población que sigue apoyando su gobierno y otro que lo rechaza tajantemente. El futuro de Venezuela y de su gobierno dependerá en gran medida de cómo logre gestionar esta polarización interna y los desafíos económicos y sociales que se avecinan. Sin embargo, el discurso de Maduro refleja una firme determinación por seguir adelante con su agenda política, a pesar de las críticas y los obstáculos que se presenten en el camino.
