¡Gracias Akira Toriyama por el mundo que creaste! Gracias porque muchos encontramos refugio y sentido de pertenencia junto a “Dragon Ball”. Uniste generaciones.
Duele mucho tener que escribir sobre la muerte de Akira Toriyama, el creador de “Dragon Ball”. ¡Se vale llorar porque despedimos a uno de los más grandes! Su manga, el animé, cambió la vida de muchas generaciones. Su historia hizo que grandes y chicos levantáramos las manos al cielo para ayudarle a Goku durante su pelea con Cell, con el único afán de crear una “genkidama” que fuera lo suficientemente grande y fuerte para salvar al planeta tierra. Akira Toriyama nos hizo soñar.
“Dragon Ball” sobrepasó la pantalla y conectó con mucha gente por su historia, por sus personajes, por su música, por sus voces en español y en japonés. Recordar todo lo que nos regaló Akira Toriyama con su pluma hace que las lágrimas caigan sin consuelo, y es que con 68 años de edad este genio del manga se nos adelantó. Falleció el 1 de marzo del presente año.
Hablar de Toriyama es verdaderamente creer que como bien dice la canción de ‘Dragon Ball Z’: “Ya la magia es nuestra… nunca nadie romperá los bellos lazos de nuestra amistad”. Porque todos los fans del mundo, literalmente, hoy al confirmarse la noticia de su muerte sienten que han perdido un amigo de verdad.
El adiós de sus amigos: Eiichiro Oda y Masashi Kishimoto
Akira fue también la fuente de inspiración para otros grandes creadores de manga como Eiichiro Oda de ‘One Piece’ y Masashi Kishimoto de ‘Naruto’, quienes como todos nosotros no logran reponerse a la noticia.
Eiichiro Oda le ha dedicado una extensa carta a su amigo en donde pone en palabras el sentimiento de muchos de nosotros cuando dice: “Siento como si un enorme agujero me atravesara el corazón“. En su comunicado dice muchas verdades por las cuales muchos los amantes del manga incluso llegaron a sentirse discriminados por diversas razones: “Tomaste el mando en una época en la que leer manga se consideraba una estúpida pérdida de tiempo“.
Oda reafirma una realidad y es que grandes y chicos, gracias a “Dragon Ball”, nos pudimos unir a leer juntos y para muchos otros creó y forjó un sentido de pertenencia único. Este creador de “One Piece” también destaca el hecho de cómo el trabajo de Akira fue generador de muchas cosas buenas, importantes e impactantes en la vida de millones de seres humanos: “Tu impacto no se limitó sólo a la industria del manga. La infancia de millones de creadores de diversas industrias está arraigada a la emoción de leer y ver ‘Dragon Ball’”.
Las palabras de Masashi Kishimoto, personalmente me representan, cómo se escribe sobre algo tan repentino e inesperado. El creador de “Naruto” dice: “No sé que escribir o cómo escribir sobre algo tan repentino… tener sus mangas a mano siempre fue algo natural y parte de mi vida. Incluso cuando tenía una mala experiencia, ver ‘Dragon Ball’ me hacía olvidarme de ella“.
Y sí, sólo un creador de manga y consumidor del mismo puede entender lo mucho que nos sirvieron sus mundos para olvidarnos de los problemas de la vida misma. La diversión que nos trajo Dragon Ball nos permitió aislarnos, tal vez, de realidades con adversidades tan grandes para la comprensión de un niño, que gracias a Akira fue más transitable y menos apabullante.
Kishimoto sigue: “Hoy he recibido la noticia de la muerte de mi maestro. Siento un sentimiento de pérdida aún más grande que cuando ‘Dragon Ball’ terminó. No sé cómo lidiaré con este agujero en mi corazón. Ahora ni siquiera puedo leer ‘Dragon Ball’”.
Y tal cual, repitiendo las palabras de estos dos grandes, así mismo nos sentimos todos los que vivimos nuestra niñez creciendo al lado de Goku. El sentimiento de hoy sobrepasa, sin lugar a dudas, a la tristeza que nos trajo el final de Dragon Ball.
Pero sí, Toriyama, como bien dice la canción de “Ángeles fuimos”: “En tu pupila el arcoíris se reflejó y el amor florece en tu corazón. Sigue, teniendo fe y esperanza en que el mañana va a cambiar; este desierto se transformará, paraíso es lo que pronto será. Abre tu corazón… la magia y el amor, son verdad”.
Por Clary Castro