viernes 20 de septiembre de 2024 02:50 am
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En el marco de la crisis migratoria, esta medida impulsada por el alcalde neoyorkino ha generado controversia y preocupación en las personas que reciben la advertencia de desalojo.

La crisis migratoria en Nueva York ha alcanzado un punto crítico con la reciente implementación de una política que podría llevar al desalojo de miles de familias de los refugios donde actualmente residen. Esta nueva normativa, impulsada por el alcalde Eric Adams, establece un límite máximo de 60 días de estancia en los lugares de asilo para personas sin hogar, una medida que, aunque busca aliviar la presión sobre el sistema de la ciudad, podría dejar a numerosas personas con sus hijos en una situación de vulnerabilidad.

Un cambio drástico en la política de refugios de Nueva York

La decisión de la administración de Adams de imponer este límite de tiempo en los refugios ha sido recibida con una mezcla de preocupación y críticas por parte de defensores de los derechos de los inmigrantes y organizaciones sin fines de lucro. Aunque la medida está diseñada para reducir el gasto que supone mantener a miles de migrantes en refugios durante largos periodos, los opositores argumentan que no aborda adecuadamente la falta de alternativas habitacionales accesibles y seguras para estas familias.

El contexto detrás de esta regla radica en la creciente presión sobre el sistema de refugios de Nueva York, que ha visto un aumento significativo en el número de solicitantes de asilo y migrantes que buscan un lugar donde quedarse. Desde la primavera boreal de 2022, se estima que alrededor de 212.000 personas han pasado por el sistema de refugios de la ciudad. Según el Departamento de Servicios para Personas sin Hogar de Nueva York (DHS, por sus siglas en inglés), actualmente hay aproximadamente 87.500 personas alojadas en refugios, de las cuales un 38% son niños.

La nueva realidad para miles de familias migrantes

Hasta ahora, muchas de las personas migrantes con hijos habían estado exentas de las políticas de desalojo que afectaban a los adultos solteros en los refugios. Sin embargo, un cambio en la política estatal ha provocado que estas también estén sujetas a la nueva normativa de 60 días. A partir de los últimos meses, se comenzaron a emitir avisos de desalojo a estas familias, informándoles que debían abandonar los refugios una vez que se cumpliera el límite de estancia.

Este cambio ha generado un gran malestar entre los afectados, muchos de los cuales llevan meses viviendo en refugios y no tienen otra alternativa de vivienda. Un ejemplo es el caso de un padre venezolano y su hija de seis años, quienes han estado viviendo en un refugio en el Upper West Side durante ocho meses, según la entrevista cedida al medio local Gothamist. Ahora, enfrentan la posibilidad de ser desalojadas en cuestión de semanas, lo que puede dejar en el aire su futuro y el acceso de la niña a su educación.

Consecuencias de la política de desalojo

La medida de limitar las estancias en refugios a 60 días no solo ha generado inquietud entre las familias migrantes, sino también entre los defensores de los derechos humanos. Muchas organizaciones han advertido que esta política podría tener consecuencias devastadoras, especialmente con el inicio del nuevo año escolar. Cambiar de refugio cada dos meses podría desestabilizar a los niños, interrumpir su educación y afectar su bienestar emocional.

Murad Awawdeh, presidente y director ejecutivo de la Coalición de Inmigración de Nueva York (NYIC, por sus siglas en inglés), ha expresado su preocupación por la falta de soluciones habitacionales sostenibles y de apoyo que acompañen esta medida. “Al imponer desalojos arbitrarios de 60 días, la ciudad pone en riesgo la salud y el bienestar de familias vulnerables sin resolver la crisis de asequibilidad”, afirmó en un comunicado oficial.

Por otro lado, la administración de Adams defiende la medida como una acción necesaria para evitar el colapso del sistema de refugios, que enfrenta una carga financiera insostenible debido al creciente número de migrantes que necesitan asistencia. “Estamos tomando medidas preventivas. Si construimos un sistema, si todavía tenemos a 212 mil personas bajo nuestro cuidado, no será sostenible económicamente. Y no es lo correcto para los seres humanos, la gente no debería estar en refugios toda su vida”, declaró Adams.

Según Gothamist, durante los últimos meses, el número de albergues para inmigrantes en la ciudad de Nueva York ha rondado los 65.000. De acuerdo con el New York Times, los funcionarios de la ciudad desalojaron recientemente un refugio ubicado en Randall’s Island, donde se estima que en el mes de junio había más de 51.000 familias migrantes con niños. Aun así, los medios locales afirman que unas 30.000 personas con hijos que viven en albergues gestionados por el DHS han evitado ser afectadas por la política de desalojo de la ciudad.

LA NACION

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