El programa de prácticas de verano organizado por las agencias de inteligencia del Reino Unido, incluido el MI5, MI6 y el GCHQ, ha generado una gran controversia debido a las condiciones de participación, que han sido calificadas como abiertamente racistas por algunas voces críticas. Según el anuncio hecho por estas agencias, las prácticas de verano estarán disponibles solo para estudiantes que sean «negros, asiáticos, mestizos o pertenecientes a minorías étnicas», y que provengan de un entorno «social o económicamente desfavorecido». Esta política de selección, que se extiende por un período de entre 10 y 11 semanas, está destinada a proporcionar a los participantes una remuneración por su trabajo, con la promesa de que estas experiencias marcarán «los primeros pasos hacia una emocionante carrera a tiempo completo» dentro de los servicios de inteligencia.
A pesar de la intención de promover la diversidad e inclusión, el anuncio ha sido muy criticado, especialmente por excluir explícitamente a los estudiantes británicos blancos de estas oportunidades. Esta restricción se justifica con el argumento de que los servicios de inteligencia desean corregir la «infrarrepresentación» de ciertos grupos en su personal, y, por lo tanto, intentan atraer a personas de minorías étnicas que tradicionalmente han sido menos representadas en sus filas. Sin embargo, las declaraciones no fueron bien recibidas por algunos sectores, que han denunciado que la política perpetúa la discriminación y contraviene los principios de igualdad de oportunidades.
Por ejemplo, Chris Philp, secretario del Gabinete en la Sombra, calificó la medida como «racista» y exigió su eliminación inmediata. Si bien reconoció la necesidad de fomentar la diversidad en los procesos de selección, señaló que la forma en que se implementó la política «excluye a personas blancas que puedan carecer de privilegios o que merezcan ayuda», lo que considera inaceptable. Según su opinión, cualquier política que se base en la raza o etnia de los solicitantes es un enfoque erróneo para fomentar la igualdad.
La Comisión de Igualdad y Derechos Humanos (EHRC) también expresó su preocupación sobre la falta de claridad en el anuncio. Según la comisión, el lenguaje utilizado en el anuncio podría inducir a error, ya que no especifica de manera adecuada que el empleador está buscando candidatos de todos los orígenes, pero que se siente particularmente motivado a alentar a aquellos que pertenecen a grupos «protegidos» y que enfrentan barreras históricas a la representación. De acuerdo con la EHRC, es crucial que los anuncios de trabajo no discriminen, pero que también reconozcan las desventajas estructurales que enfrentan ciertos grupos.
Por su parte, los servicios de inteligencia británicos defendieron la iniciativa, argumentando que la intención es garantizar que los sectores históricamente desfavorecidos tengan las mismas oportunidades para participar en estos programas, especialmente dado el contexto de «infrarrepresentación» en sus equipos. Sin embargo, insistieron en que el programa de prácticas no garantiza un puesto de trabajo permanente, ya que los becarios competirán con otros candidatos en un proceso de contratación competitivo una vez finalizado el programa.
El debate sobre esta iniciativa continúa siendo un tema de discusión importante en el Reino Unido, ya que involucra no solo cuestiones de igualdad de oportunidades, sino también las implicaciones de las políticas de acción afirmativa, que buscan corregir disparidades históricas a través de medidas que priorizan a ciertos grupos.