viernes 15 de noviembre de 2024 01:00 am
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Nuevas amenazas de las bandas armadas en Haití generan incertidumbre

Las bandas armadas han anunciado este domingo nuevos días de violencia en el área metropolitana de Puerto Príncipe, la capital de Haití, advirtiendo a la población sobre la peligrosidad de salir a las calles a partir de mañana. En un mensaje difundido a través de las redes sociales, Jimmy Cherizier, líder de la coalición armada conocida como Vivre Ensemble (Vivir Juntos), dejó claro que la “batalla empezará de nuevo” y que la gente debería mantenerse en casa si no es estrictamente necesario salir.

Cherizier, también conocido por su apodo de Barbecue, expresó en un video de cinco minutos que la fase de “observación” por parte de las bandas había terminado. Aseguró que su grupo no fue responsable de la interrupción de las clases en las escuelas y que se habían mantenido al margen para no ser acusados de evitar que los estudiantes regresaran a las aulas. No obstante, destacó que ahora era el momento de actuar y que las bandas de Vivre Ensemble tomarían el control de la situación, asumiendo un papel activo en el destino del país.

En su intervención, Cherizier también se refirió a la situación política interna del país, específicamente al conflicto entre el Consejo Presidencial de Transición (CPT) y el primer ministro Garry Conille, que resultó en la destitución de este último. Según medios haitianos, este enfrentamiento está relacionado con la presencia en el CPT de miembros acusados de corrupción y la negativa de Conille a llevar a cabo una reestructuración ministerial. Cherizier criticó la falta de acción del gobierno y manifestó que el pueblo haitiano no estaba siendo defendido por las autoridades.

El mensaje de Barbecue también fue respaldado por otro líder de banda, Jeff Gwo Lwa, quien dirige la zona de Canaan, al norte de Puerto Príncipe. Gwo Lwa pidió a los ciudadanos de diversas regiones del país que eviten regresar a la capital durante los próximos días, advirtiendo que las carreteras serían “intransitables” y que aquellos que se atrevieran a salir a las calles de Puerto Príncipe a partir del lunes podrían enfrentar graves consecuencias. Aseguró que no era responsabilidad de Vivre Ensemble lo que le ocurriera a las personas que desobedecieran las advertencias de no salir de sus hogares.

Estas amenazas ocurren a pesar de la presencia desde junio de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, liderada por la ONU, la cual fue establecida con el fin de apoyar a las autoridades haitianas en el combate a la violencia. Sin embargo, los informes de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH) revelan que la violencia no ha cesado, con un número alarmante de víctimas. Entre julio y septiembre de este año, al menos 1.223 personas perdieron la vida y 522 resultaron heridas debido a los enfrentamientos entre bandas armadas. En el primer semestre de 2023, las víctimas fueron casi 3.900, lo que lleva el total de muertes y heridos a unas 8.000 víctimas para finales de ese año.

La situación en Haití sigue siendo extremadamente inestable, con las bandas armadas controlando amplias áreas del territorio y desafiando las autoridades. La amenaza de nuevos días de terror en Puerto Príncipe, que ya se enfrenta a un deterioro considerable en términos de seguridad, profundiza aún más la crisis humanitaria y social que atraviesa el país. A medida que las bandas continúan su lucha por el control del territorio, la población civil se ve atrapada en un ciclo de violencia sin fin, mientras el gobierno y la comunidad internacional se ven incapaces de garantizar la paz y la seguridad.

Esta situación de violencia extrema y el control de las bandas sobre importantes sectores de la capital ha desbordado las capacidades del gobierno haitiano, que, en medio de un vacío de poder y una crisis política, lucha por imponer el orden y restaurar la normalidad en un país que sigue al borde del colapso. La población vive con el miedo constante a los nuevos ataques y la incertidumbre sobre el futuro, mientras los esfuerzos internacionales para detener la violencia parecen no surtir el efecto esperado.

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