El fenómeno conocido como efecto yoyó, que se refiere a la recuperación de peso después de haber seguido una dieta para adelgazar, es una experiencia común para muchas personas que intentan perder peso. A pesar de los esfuerzos por mantener una alimentación saludable y practicar ejercicio, muchas veces terminamos recuperando el peso perdido e incluso engordando más que antes. Este fenómeno, que ha sido tradicionalmente explicado por la falta de cambios permanentes en los hábitos alimenticios y de ejercicio, podría tener una explicación más profunda relacionada con lo que ocurre a nivel celular en nuestro cuerpo.
Recientemente, un estudio publicado en la revista Nature ofrece una perspectiva innovadora sobre este problema. Investigadores liderados por Ferdinand von Meyenn, del Grupo de Nutrición y Epigenética Metabólica de la Escuela Politécnica de Zúrich, han descubierto que las células de nuestro cuerpo, específicamente las del tejido adiposo, parecen “recordar” la obesidad, incluso después de haber perdido peso. Según este estudio, el fenómeno del efecto yoyó podría estar relacionado con alteraciones genéticas y metabólicas que permanecen en las células del cuerpo a pesar de los esfuerzos por perder peso.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo de investigación comparó las secuencias de ARN (ácido ribonucleico) de las células del tejido adiposo de 18 personas con peso normal y de otras 20 que sufrían obesidad. Los investigadores analizaron las muestras antes y después de que las personas que se sometieron a cirugía bariátrica perdieran una cantidad significativa de peso. Los resultados mostraron que las células del tejido adiposo presentaban cambios epigenéticos, lo que significa que la forma en que el ADN se traduce en ARN se alteraba, y estos cambios estaban vinculados a alteraciones de los procesos metabólicos. Estos cambios no desaparecían después de que las personas adelgazaran, lo que podría explicar por qué muchas personas tienden a recuperar el peso perdido con el tiempo.
El estudio también incluyó pruebas con ratones, lo que reforzó las conclusiones obtenidas en los humanos. Los investigadores sugieren que, si se pueden dirigir y corregir estos cambios epigenéticos en las células del cuerpo, se podría lograr un control del peso más efectivo a largo plazo, lo que abriría nuevas posibilidades para tratar la obesidad y prevenir su regreso tras la pérdida de peso.
El director de Nutrición y Genómica en la Universidad Tufts de Boston, José Ordovás, comenta que este estudio tiene importantes implicaciones en la lucha contra la obesidad, una condición que está asociada con numerosas enfermedades graves. Ordovás subraya que este avance podría ayudar a reducir el estigma y la culpa que sienten muchas personas que no logran mantener su peso ideal, ya que la investigación sugiere que las dificultades no son solo el resultado de un fallo personal, sino de factores biológicos complejos.
Sin embargo, Ordovás también señala que, aunque este estudio proporciona una base importante, se necesitan más investigaciones para confirmar estos hallazgos y comprender mejor cómo podrían aplicarse a tratamientos prácticos. A pesar de estas limitaciones, los hallazgos son prometedores, ya que podrían dar lugar a enfoques innovadores para el control de la obesidad, integrando descubrimientos moleculares con tratamientos clínicos existentes y ayudando a combatir la crisis mundial de la obesidad de manera más eficaz.
En resumen, el estudio ofrece una nueva perspectiva sobre el efecto yoyó y sugiere que la memoria celular de la obesidad podría ser un factor clave en la dificultad para mantener el peso después de una dieta. Con más investigación en este campo, podrían desarrollarse tratamientos que no solo aborden los hábitos alimenticios, sino que también intervengan a nivel celular para prevenir el regreso del peso perdido.