lunes 25 de noviembre de 2024 10:06 am
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La implementación efectiva de la IA requiere de colaboración estrecha entre profesionales de la salud, investigadores en IA y expertos en control de infecciones para garantizar la precisión, la seguridad y la ética en su aplicación.

La Inteligencia Artificial (IA) tiene el potencial de mejorar significativamente la prevención y el control de infecciones intrahospitalarias, al aprovechar el poder del análisis de datos, la predicción de riesgos y la optimización de las prácticas clínicas.

Así lo aseguró el maestro de la epidemiología y experto en manejo de infecciones asociadas a la atención de la salud (IAAS), doctor Luis Elpidio Feliz Feliz al exponer el tema “Inteligencia Artificial (IA) en IAAS” durante el recién celebrado XII Congreso Panamericano IAAS, realizado en la Ciudad Guatemala, en el que también participó el epidemiólogo salubrista Carlos Manuel Feliz.

Explicó que la implementación efectiva de la IA en este contexto requiere una colaboración estrecha entre profesionales de la salud, investigadores en IA y expertos en control de infecciones para garantizar la precisión, la seguridad y la ética en su aplicación.

“Es importante abordar los desafíos éticos, de privacidad y de seguridad asociados con la recopilación y el análisis de datos de salud en entornos hospitalarios, algo que también hemos venido haciendo”, explicó el especialista.

Al referirse a las inquietudes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) entorno IA, citó que la precipitación al aplicar la IA puede generar posibles sesgos, dar respuestas incorrectas al usuario final, garantía de la protección de datos/transparencia y desinformación.

ELEMENTOS PREOCUPANTES

Otras inquietudes del organismo se refieren a la seguridad del paciente, exagerar el potencial de la IA, un sobrecoste/descuidar salud pública, la ética, estigma, lucro, entre otros, así como la necesidad de evaluación constante.

Recordó que clásicamente a la IA se le ha definido como la ciencia que desarrolla máquinas para hacer tareas que requerirían inteligencia humana.

Al referirse a algunos rasgos históricos, destaca que la inteligencia artificial comenzó en 1943 con la publicación del artículo “A Logical Calculus of Ideas Immanent in Nervous Activity” de Warren McCullough y Walter Pitts.

Actualmente, la inteligencia artificial abarca una gran variedad de subcampos, que van desde áreas de propósito general, aprendizaje y percepción, a otras como el reconocimiento de voz, el juego de ajedrez, la demostración de teoremas matemáticos, la escritura de poesía y el diagnóstico de enfermedades.

DORIS PANTALEÓN

Santo Domingo, RD

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