jueves 14 de noviembre de 2024 12:23 pm
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los primeros síntomas de esclerosis múltiple, como mareos, espasmos y fatiga, pueden confundirse con los de otras afecciones, y su diagnóstico es a veces tardío.

La esclerosis múltiple produce anticuerpos que pueden ser detectados en sangre antes de que aparezcan los primeros síntomas de la enfermedad lo que abre esperanzadoras vías de tratamiento para esta dolencia, que afecta a 1,8 millones de personas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.

Científicos de la Universidad de California-San Francisco (UCSF) han descubierto un precursor en la sangre de algunas personas que posteriormente desarrollaron la enfermedad, que aparece descrito en un artículo recogido en Nature Medicine.

En aproximadamente 1 de cada 10 casos de esclerosis múltiple, el organismo empieza a producir un conjunto característico de anticuerpos contra sus propias proteínas años antes de que aparezcan los síntomas, según han visto los investigadores.

Estos autoanticuerpos parecen unirse tanto a las células humanas como a los patógenos comunes, lo que posiblemente explique los ataques inmunitarios al cerebro y la médula espinal que caracterizan esta enfermedad, que puede conllevar una pérdida devastadora del control motor, incluida la capacidad de caminar.

Los científicos esperan que los autoanticuerpos que han descubierto puedan detectarse algún día con un simple análisis de sangre, lo que daría a los pacientes grandes ventajas a la hora de recibir tratamiento.

Y es que los primeros síntomas de esclerosis múltiple, como mareos, espasmos y fatiga, pueden confundirse con los de otras afecciones, y su diagnóstico es a veces tardío y requiere de un análisis minucioso de resonancias magnéticas cerebrales.

“Un resultado diagnóstico como éste hace más probable esa intervención temprana, dando a los pacientes una vida mejor”, señala uno de los autores, el investigador de neurología de la UCSF, Michael Wilson.

INFECCIONES Y ENFERMEDADES AUTOINMUNES

Los científicos creen que las enfermedades autoinmunes, como la esclerosis múltiple, son en parte el resultado de reacciones inmunes raras a infecciones comunes.

En 2014, Wilson y otro grupo de investigadores comenzaron a trabajar en el desarrollo de herramientas para desenmascarar las causas de las enfermedades autoinmunes, hallando una técnica, llamada PhIP-Seq, que detecta autoanticuerpos contra más de 10.000 proteínas humanas, suficientes para investigar casi cualquier enfermedad autoinmune.

En 2019, probaron la técnica para descubrir una enfermedad autoinmune rara que parecía surgir de un cáncer testicular.

Los científicos pensaron que el sistema podría revelar también los autoanticuerpos responsables de los ataques inmunitarios de la esclerosis múltiple y abrir nuevas oportunidades para comprender y tratar la enfermedad.

CONFIRMACIÓN

Para ello analizaron muestras de sangre de 250 pacientes con la enfermedad tomadas tras el diagnóstico y las compararon con otras extraídas cinco o más años antes, cuando los pacientes apuntaron al experimento.

Hicieron lo mismo con otros 250 pacientes sanos que no desarrollaron la enfermedad.

El resultado fue que el 10% de los pacientes con esclerosis múltiple presentaba una sorprendente abundancia de autoanticuerpos años antes del diagnóstico.

Los pacientes con estos autoanticuerpos presentaban niveles elevados de neurofilamentos ligeros, una proteína que se libera cuando las neuronas se descomponen, lo que induce a pensar a los científicos que el sistema inmunitario confunde proteínas humanas ‘buenas’ con algún enemigo vírico, lo que puede confundir a toda una vida de esclerosis múltiple.

Para confirmar sus hallazgos, el equipo analizó muestras de sangre de pacientes de otro estudio de la UCSF, comprobando que el 10% de los pacientes diagnosticados de esclerosis múltiple presentaban el mismo patrón de autoanticuerpos años antes.

“Imagínese que pudiéramos diagnosticar antes esta enfermedad, aumentarían las posibilidades de pasar de la supresión a la curación”, subraya otro de los autores, Stephen Hauser, de la misma universidad.

AGENCIA EFE

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