jueves 30 de enero de 2025 18:15 pm
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Millares de colinas ricas en arcilla en Marte podrían ser la clave para confirmar la existencia de un antiguo océano en el planeta rojo.

Durante décadas, los científicos han debatido si Marte albergó un océano en su hemisferio norte hace miles de millones de años.

Ahora, un reciente estudio liderado por Joe McNeil, del Museo de Historia Natural de Londres, ha identificado más de 15,000 colinas y montículos en las llanuras del norte del planeta rojo que podrían aportar pruebas clave sobre su pasado acuático.

Evidencia geológica de un Marte más húmedo

A través de imágenes de alta resolución y datos espectrales obtenidos por el orbitador Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA y el Mars Express de la Agencia Espacial Europea, los investigadores analizaron estas formaciones. Muchas de ellas se asemejan a mesetas y buttes terrestres, estructuras geológicas que suelen formarse a través de procesos de erosión prolongada.

Lo más revelador del estudio fue el hallazgo de depósitos extensos de minerales arcillosos dentro de estos montículos, con capas que alcanzan hasta 350 metros de espesor. La arcilla es un marcador clave de la presencia de agua líquida durante largos periodos, lo que sugiere que esta región de Marte fue alguna vez un entorno húmedo y posiblemente habitable.

“Estos hallazgos indican que hubo una cantidad significativa de agua en la superficie marciana durante mucho tiempo”, explicó McNeil. “Es posible que esta agua proviniera de un océano en el norte del planeta, aunque la idea sigue siendo objeto de debate”.

El relieve marciano presenta una división clara entre dos regiones: el hemisferio sur está dominado por tierras altas y antiguas, mientras que el norte es una vasta extensión de llanuras bajas. Los científicos creen que estas diferencias topográficas pueden deberse a un impacto masivo que moldeó el hemisferio norte, creando un terreno propicio para la acumulación de agua.

La investigación se centró en la zona de Chryse Planitia, una llanura extensa que muestra evidencias de erosión tanto por agua como por viento. Curiosamente, esta área fue elegida como el sitio de aterrizaje de la misión Viking 1 de la NASA en 1976, la primera en operar con éxito en la superficie de Marte. Ahora, con el hallazgo de minerales arcillosos en sus colinas, Chryse Planitia cobra aún más relevancia en la búsqueda de un pasado acuático en Marte.

Un posible entorno para la vida

Si un océano cubrió alguna vez el hemisferio norte marciano, podría haber proporcionado un ambiente estable para el desarrollo de vida microbiana. Los minerales arcillosos son especialmente interesantes en la astrobiología porque tienen la capacidad de preservar compuestos orgánicos, lo que los convierte en un objetivo ideal para futuras misiones de exploración.

La región estudiada también se encuentra cerca de Oxia Planum, el sitio de aterrizaje planificado para el rover Rosalind Franklin de la Agencia Espacial Europea, cuyo lanzamiento está previsto para 2028. Este vehículo explorador perforará el suelo marciano en busca de signos de vida antigua, y su proximidad a las colinas ricas en arcilla aumenta las expectativas de encontrar pruebas concluyentes sobre la habitabilidad pasada del planeta rojo.

“Las colinas preservan una historia casi completa del agua en esta región, en estratos rocosos continuos y accesibles”, señaló McNeil. “El rover Rosalind Franklin podría ayudarnos a determinar si Marte tuvo un océano y, lo que es más importante, si pudo albergar vida”.

A pesar de los nuevos hallazgos, la hipótesis del antiguo océano en Marte sigue siendo un tema controvertido. Algunos expertos argumentan que la presencia de arcilla podría explicarse por otros procesos, como la actividad del agua subterránea o interacciones químicas con la atmósfera marciana en el pasado.

Sin embargo, la creciente acumulación de evidencias, incluyendo antiguos cauces fluviales, capas sedimentarias y ahora estas formaciones arcillosas, refuerza la idea de que Marte fue un planeta mucho más húmedo en el pasado. De confirmarse la existencia de un océano primitivo, se abriría una nueva perspectiva en la búsqueda de vida más allá de la Tierra.

El próximo paso en esta investigación será profundizar en el estudio de estas colinas y preparar futuras misiones que puedan analizar directamente sus minerales. Con el avance de la exploración robótica, quizás estemos más cerca que nunca de descubrir la verdadera historia del agua en Marte y su posible conexión con la vida extraterrestre.

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