La frontera norte con el Líbano se ha convertido en un nuevo punto de combate, con Hezbollah, un grupo financiado por Irán, iniciando ataques en solidaridad con Hamás.
Tres meses después de los devastadores ataques de Hamás contra el sur de Israel, la situación sigue siendo volátil y la agresión de Hezbollah se intensifica a lo largo de la frontera libanesa.
El 7 de octubre, el grupo terrorista Hamás lanzó un ataque coordinado contra el sur de Israel, que provocó la trágica pérdida de 1,200 vidas. En este brutal asalto se quemaron casas, se ejecutó a familias y se tomó como rehenes a más de 250 personas.
A raíz de esta violencia, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han estado involucradas en una batalla implacable contra Hamás en Gaza, con el objetivo de desmantelar la red terrorista y su extenso sistema de túneles, según la agencia Reuters.
A medida que aumentan las tensiones, la frontera norte con el Líbano se ha convertido en un nuevo punto de combate, con Hezbollah, un grupo financiado por Irán, iniciando ataques en solidaridad con Hamás.
El contraalmirante Daniel Hagari, portavoz de las FDI, condenó las acciones de Hezbolá y afirmó que están arrastrando al Líbano a una guerra innecesaria, infligiendo sufrimiento al pueblo libanés en beneficio de Hamás.
Eventos y declaraciones clave
7 de octubre: Hamás ataca a Israel con ataques aéreos e infiltración terrestre, lo que lleva a una trágica masacre.
Después del ataque: Israel lanza una contraofensiva en Gaza, dirigida a la infraestructura y el liderazgo de Hamás.
24 de noviembre: Se negocia una tregua temporal que conduce a la liberación de algunos rehenes a cambio de prisioneros palestinos. Sin embargo, este alto el fuego colapsa el 1 de diciembre cuando Hamás reanuda los ataques con cohetes.
Conflicto en curso: Israel continúa sus operaciones militares, centrándose en el sur de la Franja de Gaza, donde se informa de intensos combates urbanos.
Hezbollah: El impacto humanitario y la respuesta internacional
El conflicto ha tenido un efecto devastador sobre los civiles de la región. El ataque inicial de Hamás y las batallas posteriores han desplazado a miles de personas, lo que ha provocado una crisis humanitaria exacerbada por la destrucción de viviendas e infraestructura.
Los actores internacionales, incluidos Estados Unidos y Qatar, han intentado mediar, pero sigue siendo difícil lograr una paz duradera.
Una tregua comenzó el 24 de noviembre y duró siete días en los que Hamás liberó a 113 rehenes, entre mujeres y niños israelíes, y secuestrados extranjeros. A cambio, Israel entregó a decenas de presos palestinos y permitió la entrada adicional de ayuda humanitaria a la Franja.
Tras 7 días de alto al fuego, el 1 de diciembre, Hamas violó la tregua. Lanzó cohetes desde la Franja de Gaza y no entregó otro listado de posibles liberados.
Todavía hay 129 rehenes en Gaza, entre ellos el bebé argentino israelí Kfir Bibas de 11 meses, el secuestrado más pequeño en manos terroristas. En el norte, la participación de Hezbollah ha generado temores de un conflicto regional más amplio, que podría atraer a varios actores estatales y no estatales.
Tras el fin del alto al fuego, Israel reanudó las operaciones y amplió su campaña terrestre al sur de la Franja, donde se libran batallas casa por casa. El objetivo es terminar con el grupo terrorista Hamas, abatir a sus líderes y destruir la inmensa red de túneles subterráneos construida en la Franja que permite a los terroristas ocultarse, almacenar armamento y esconder rehenes.
La situación en Medio Oriente sigue siendo tensa y compleja, con agravios históricos, ideologías políticas y reclamos territoriales que alimentan el ciclo de violencia. Mientras la comunidad internacional busca comprender y responder a estos acontecimientos, el objetivo principal sigue siendo el restablecimiento de la paz y la seguridad para todas las poblaciones afectadas.
