viernes 25 de octubre de 2024 18:26 pm
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Luis Jiménez, un conductor de autobuses de la MTA en Nueva York, ha sido ampliamente elogiado por su heroísmo tras rescatar a Adaline “Addy” González, una niña de cinco años que se encontraba deambulando sola en las calles de Harlem. La conmovedora historia se desarrolló el mes pasado, pero esta semana tuvo un capítulo especial cuando Jiménez y Addy se reencontraron en una ceremonia organizada por la MTA, donde asistieron también los padres de la niña y otros miembros de la comunidad.

El rescate comenzó de manera inesperada: Addy, afectada por la muerte de su pez mascota, decidió salir de la escuela por su cuenta para buscar uno nuevo, sin que sus padres lo supieran. Jiménez, quien finalizaba su turno matutino en la ruta M116 que atraviesa Manhattan, notó a la pequeña caminando sola cerca de la calle 106 y Broadway. “La vi y no pude evitar sentir preocupación; mi instinto me dijo que debía hacer algo”, comentó Jiménez. Decidido a intervenir, el conductor primero pidió a un pasajero que llamara al 911 y luego detuvo el autobús, informando a su operador sobre la situación.

Con el apoyo de los pasajeros, Jiménez logró que Addy subiera al autobús, manteniéndola segura mientras esperaban la llegada de la policía. Poco después, los oficiales se presentaron y escoltaron a la niña de regreso a su hogar, donde fue recibida con gran alivio por su familia. “Fue una situación muy estresante para nosotros; estábamos en pánico absoluto porque no sabíamos qué pensar. Ella es nuestra niña y no podríamos soportar perderla”, compartió Julissa, la madre de Addy. El padre, César González, añadió: “Addy siempre ha sido una niña determinada, y aunque su deseo de reemplazar a su mascota era inocente, no imaginamos que se aventuraría sola en la ciudad”.

En el reencuentro, Addy sorprendió a Jiménez con un regalo especial: una gorra de los Jets que llevaba bordado “El héroe de Addy”, en reconocimiento a su acto de valentía. “Decidí nombrar a mi nuevo pez ‘Luis’ en su honor. Me siento feliz y segura ahora”, expresó la pequeña con entusiasmo. Jiménez, visiblemente emocionado, describió la experiencia como “un momento de felicidad que me recordó por qué vale la pena ser atento y servicial”.

La historia de Luis Jiménez y Addy no solo conmovió a los neoyorquinos, sino que también destacó la importancia de la solidaridad en situaciones de peligro. En Nueva York, la colaboración ciudadana ha sido protagonista en varios incidentes recientes. El mes pasado, un hombre arriesgó su vida para salvar a un joven autista que saltó al agua en Brooklyn, y en otro caso en Queens, dos personas intervinieron para detener a un atacante que apuñaló a una mujer en una estación del metro.

Jiménez representa a los héroes anónimos que cada día trabajan en silencio, listos para actuar cuando se necesita. “Este reconocimiento no es solo para mí, sino para todos aquellos que deciden hacer una diferencia en la vida de alguien más. Solo hice lo correcto”, concluyó.

Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com

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