viernes 22 de noviembre de 2024 22:36 pm
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El “Proyecto de ley sobre conducción mortal” permitirá a policías y fiscales responsabilizar mejor a los conductores dopados que ponen en riesgo sus vidas y las de quienes los rodean.

La noche del jueves 9 de septiembre del 2021, Carina López de 31 años regresaba a su casa de la clínica de terapia física donde prestaba sus servicios. Tras lograr estacionar su auto cerca de la esquina que forman la Calle 174 y la Avenida Bronx River en la zona de Longwood, bajó para buscar su bolsa colocada en el asiento trasero.

Carina no pudo ver que un auto que corría a 90 millas por hora —en una calle donde el máximo son 25—, ya había chocado con otro vehículo estacionado y con el control ausente, se dirigía directamente a donde ella maniobraba buscando sus cosas.

Sin poder reaccionar, la mujer quedó prensada entre su auto y el otro que continuó su loca carrera estrellándose con otros que estaban estacionados. Pese a que una ambulancia llegó antes de los 10 minutos, al subirla en una camilla ya habían declarado a Carina muerta debido al fuerte impacto.

“El conductor resultó que venía intoxicado de muchas sustancias, pero sobre todo cocaína que fue lo que más salió en el examen que le practicaron”, detalla aún conmovida Kathy López, hermana de la difunta.

Presente en el evento donde fiscales de distintos condados se unieron para exigir a la Legislatura estatal que apruebe el “Proyecto de ley sobre conducción mortal” (Ley S3135/A174), Kathy aun muestra los síntomas de un severo estrés postraumático causado por ser la primera familiar de Carina en mirar el accidente donde encontró a su hermana tendida frente a paramédicos practicándole primeros auxilios.

La voz de Kathy se quiebra en todo momento y acusa que no es suficiente consuelo mirar cómo al conductor que mató a su hermana lo hayan detenido y sentenciado a menos de 10 años, un castigo que juzgaron como limitado pero que el juez determinó así porque “él no tuvo la intención de matar a mi hermana”. Tampoco bastaron las disculpas y la promesa de que buscaría ayuda a su adicción que el acusado dirigió a los López, hermanas y padres, en la audiencia donde se leyó su sentencia.

Leyes en NYS: Duras con los ebrios, débiles con usuarios de drogas

En el entendido de que las leyes de Nueva York para conducir bajo los efectos de las drogas están llenas de lagunas, el fiscal de distrito del condado de Suffolk, Raymond A. Tierney, se unió este jueves a la fiscal de distrito de El Bronx, Darcel D. Clark, a la fiscal de distrito de Queens, Melinda Katz y al fiscal de distrito de Staten Island, Michael E. McMahon, para pedir la aprobación del proyecto S3135/A174.

“Tal como está la ley ahora, los conductores que obviamente están bajo los efectos de una droga no pueden ser arrestados ni procesados por operar un vehículo si la sustancia que consumen no figura en una sección específica de la Ley de Salud Pública” admitió Tierney, quien es el creador principal de la ley. “Esto es peligroso y hay que cambiarlo”.

La fiscal Clark, quien fue además la anfitriona y moderadora del evento, prometió que “aprobar esta legislación nos dará más herramientas para responsabilizar a los conductores peligrosos” en la búsqueda de hacer de las calles de Nueva York un lugar más seguro. “Debemos detener a esos conductores drogados antes de que maten a más gente”, apuró la fiscal Clark.

Por su parte Melinda Katz, al referirse a este problema como “la epidemia de violencia vehicular en el estado de Nueva York”, ofreció la cifra de que, en 2022, 70 personas perdieron la vida tan sólo en el Condado de Queens debido a un choque vehicular y que en el 2023 esa cifra se incrementó a 89 víctimas fatales. Se quejó de que al no poder detener ni procesar conductores a los que no se les pruebe la droga específica que consumió, lo único que un conductor dopado debe hacer es “negarse a una prueba de drogas para evitar cualquier responsabilidad”.

Un punto importante trajo el fiscal McMahon quien ante la reciente despenalización y legalización del uso recreativo de la marihuana remarcó que sin importar su posición al respecto “todos deberíamos estar de acuerdo en que la conducción desenfrenada bajo los efectos de las drogas presenta un peligro claro y presente para nuestras carreteras, para los demás conductores y los peatones”,

Mencionó que, así como responsabilizan en tribunales a quienes conducen ebrios o cometen violencia vehicular, por otro lado están atados de manos antes conductores bajo influencia de otras drogas. Dice que el “Proyecto de Ley sobre Conducción Mortal” permitirá a policías y fiscales responsabilizar mejor a los conductores dopados que ponen en riesgo sus vidas y las de quienes los rodean.

Aunque no estuvo presente en el evento, el fiscal de distrito de Manhattan, Alvin L. Bragg dijo apoyar la propuesta pues “ponerse al volante en estado de ebriedad amenaza la seguridad de los neoyorquinos: peatones, ciclistas y otros conductores”.

Primera licencia o reglas que pocos recuerdan

Cuando uno tramita su primera licencia dentro de la información que los aspirantes reciben se hallan datos como el que en el estado de Nueva York, más del 40 por ciento de todas las muertes en vehículos motorizados se deben a la conducción bajo los efectos del alcohol. Dicen que detrás de las cifras hay miles de vidas truncadas, lesiones permanentes o incapacitantes y familias devastadas porque alguien condujo bajo la influencia del alcohol u otras drogas.

Eso lo pudieron comprobar los cercanos a Mohammed Rahman, quien en septiembre del año pasado caminaba hacia una mezquita para dirigir sus oraciones de la tarde cuando fue atropellado mortalmente por un conductor bajo los efectos de la marihuana, justo en la esquina de las avenidas Castle Hill y Turnbull, en El Bronx, donde se celebró este jueves la conferencia que pide cambios a la ley.

El hijo de Rahman, Saidur, quien asistió junto a tres decenas de sus familiares, igualmente lanzó un mensaje de apoyo a la legislación y de forma escueta dijo que “no pensábamos en perder a nuestro padre, pero Dios tenía otros planes”.

Dice el Departamento de Vehículos Motorizados del Estado de Nueva York (DMV, por sus siglas en inglés), que los jóvenes menores de 21 años, que suelen tener menos experiencia tanto conduciendo como consumiendo drogas o alcohol, representan el 4 por ciento de la población de conductores, pero el 8 por ciento de los conductores ebrios involucrados en accidentes fatales.

En cuanto al efecto de las drogas y el alcohol en los conductores destacan que retrasa el tiempo de reacción, reduce la capacidad de ver con claridad, cambia criterios sobre la velocidad y distancias, o desinhibe por lo que las habilidades de conducción disminuyen.

Como creador y patrocinador principal de la ley, el fiscal de distrito del condado de Suffolk, Raymond A. Tierney, hizo un llamado a tener cuidado en este fin de semana del Día de las Madres pues en las mesas de muchas familias habrá asientos vacíos debido a las personas que murieron por el delito evitable de conducir bajo los efectos del alcohol. “Nadie es inmune a convertirse en víctima de un accidente de alguien que conduce drogado”, recuerda.

Y vuelve a enviar el mensaje al Congreso estatal para que apresuren el “Proyecto de ley sobre conducción mortal” que ya descansa sobre sus escritorios además de que pide a la ciudadanía que se una a la recolección de firmas para reforzar este proyecto.

Cualquiera lo puede hacer en la página: www.DeadlyDrivingNY.org.

Estadísticas de conductores drogados

35% se incrementaron las muertes relacionadas a conductores bajo la influencia de las drogas entre 2018 y 2022

87% aumentó el número de conductores en accidentes mortales que dieron positivo en al menos una droga de la lista de la Sección 3306 de la Ley de Salud Pública en la década que finaliza en 2022, según el Institute for Traffic Safety Management and Research (ITSMR)

Por Juan Alberto Vázquez

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