miércoles 18 de diciembre de 2024 01:41 am
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El futuro de los semiconductores en Europa se perfila como un desafío fundamental para la región. El Viejo Continente se encuentra determinado a no quedarse atrás en la carrera global por la producción de circuitos integrados, un componente esencial no solo en la electrónica, sino también en cuestiones geopolíticas y económicas. Con la ambiciosa meta de producir el 20% de los semiconductores a nivel mundial para 2030, Europa ha dado un paso firme con la creación de la Ley Europea de Chips, que movilizará nada menos que 43.000 millones de euros en inversión pública y privada.

En este marco, la Comisión Europea aprobó en junio de 2023 el proyecto IPCEI ME/CT, un plan que involucra a 14 países, incluidos España, y que destinará 8.100 millones de euros a la financiación pública en investigación, innovación y desarrollo de semiconductores y sistemas de comunicación. Sin embargo, a pesar de los avances, Europa aún está lejos de los líderes en esta industria, que son principalmente países asiáticos. Aunque ASML, la gigante neerlandesa especializada en fotolitografía, se erige como un referente en Europa, la región necesita avanzar aún más para incrementar su relevancia en este sector clave.

Uno de los elementos cruciales en la estrategia europea es el proyecto DioSiC, que busca desarrollar tecnologías para la fabricación en masa de obleas de carburo de silicio policristalino, una pieza clave en la tecnología de semiconductores de alta potencia. Este proyecto está enmarcado dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España, conocido como PERTE Chip, con una inversión de 3,3 millones de euros, de los cuales el gobierno español asume el 68% del coste.

Paralelamente, España participa activamente en otro proyecto esencial dentro del esfuerzo europeo: la creación de una nueva línea piloto de integración y encapsulado de componentes y sistemas electrónicos. Este plan se lleva a cabo con la colaboración del Instituto de Microelectrónica de Barcelona del CSIC (IMB-CNM-CSIC), una de las instituciones más destacadas de Europa en el ámbito de la microelectrónica. Con la experiencia del IMB-CNM-CSIC en la fabricación de circuitos integrados y las técnicas avanzadas en refrigeración, se pretende optimizar el diseño de chips, mejorando tanto la evacuación de calor en componentes como los ASIC, como la distribución homogénea de la temperatura en aplicaciones más específicas, como los sensores de imagen y radiación.

El esfuerzo para reforzar la competitividad de Europa en el sector de los semiconductores, una industria estratégica de importancia crucial en el mundo moderno, es sin duda una de las apuestas más relevantes. España, con su fortaleza científica y la creciente inversión en investigación, tiene la oportunidad de jugar un papel central en esta revolución industrial. A pesar de que Europa aún enfrenta el reto de ponerse al nivel de Asia y Estados Unidos, estas iniciativas son un paso hacia la consolidación de la región como un actor más relevante en la producción de semiconductores.

Es cierto que Europa tiene mucho que hacer para alcanzar a sus competidores en términos industriales, especialmente en un campo tan competitivo y vital como el de los semiconductores. Sin embargo, con iniciativas como las del Instituto de Microelectrónica de Barcelona y proyectos como el DioSiC, el continente tiene la oportunidad de dar un impulso significativo a su industria tecnológica. Si se continúa por este camino, Europa podría acercarse más a la cabeza de la carrera global en semiconductores, un avance que podría fortalecer tanto su economía como su posición en la geopolítica mundial.

Aunque el objetivo de alcanzar a Asia y Estados Unidos en el corto plazo parece complicado, es fundamental que Europa logre aumentar su influencia en esta industria estratégica en los próximos años. La colaboración científica, la innovación y el impulso a la fabricación local de semiconductores serán claves para que el Viejo Continente no solo recupere terreno perdido, sino que también marque una diferencia en el futuro del mercado global de chips.

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