viernes 20 de diciembre de 2024 15:03 pm
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Por Elida Almonte

(activista social)

NUEVA YORK.- En el contexto del Día del Dominicano en el Exterior, es fundamental reflexionar sobre el papel fundamental que desempeña nuestra diáspora en el desarrollo socioeconómico de la República Dominicana. Cada año, millones de dominicanos en el exterior no solo envían remesas a sus familias en el país, sino que también contribuyen significativamente con su talento, experiencia y recursos a la construcción de una nación más próspera. Sin embargo, para maximizar este potencial, es esencial que desarrollemos una agenda de crecimiento y progreso en común, donde todas nuestras comunidades se sientan representadas.

Hoy, más que nunca, es esencial recordar que los dominicanos que vivimos fuera de nuestras fronteras no somos «ausentes». Estamos presentes en cada rincón del mundo, llevando con nosotros el amor por nuestra patria y un profundo deseo de contribuir al bienestar de nuestra República Dominicana. La distancia no ha disminuido nuestro apego; al contrario, ha fortalecido nuestro compromiso con nuestra tierra natal.

A través de nuestras remesas, que en 2024 se estima superen los nueve mil millones de dólares, y nuestras inversiones en proyectos y emprendimientos, seguimos desempeñando un papel crucial en el desarrollo económico y social de nuestro país. Cada centavo enviado es una expresión de amor, una forma de apoyar a nuestros seres queridos y contribuir al crecimiento de comunidades que anhelan oportunidades.

La diversidad de nuestra diáspora es una fortaleza invaluable. Organizada por asociaciones en el extranjero, encontramos empresarios, profesionales, emprendedores y líderes comunitarios y políticos que están dispuestos a colaborar y aportar al desarrollo de iniciativas que beneficien a nuestras comunidades, tanto en la República Dominicana como en el exterior. Esta pluralidad de voces y experiencias debe ser reconocida y valorada en la formulación de políticas públicas y programas que impacten a nuestra nación.

La creación de una agenda inclusiva y participativa es un imperativo. Es necesario establecer espacios de diálogo donde los dominicanos en el exterior puedan expresar sus inquietudes, compartir sus visiones y proponer soluciones conjuntas. Este enfoque no solo fortalecerá los lazos entre la diáspora y la República Dominicana, sino que también permitirá abordar de manera efectiva los desafíos que enfrentan nuestras comunidades.

Asimismo, es importante que las autoridades dominicanas reconozcan el papel activo que la diáspora puede desempeñar en la formulación de políticas. Involucrar a los dominicanos en el exterior en la toma de decisiones no solo es un acto de justicia, sino que también enriquecerá el proceso al incorporar perspectivas y propuestas que reflejen la realidad de nuestras comunidades.

Es hora de unir esfuerzos y voces para forjar un camino hacia un futuro más brillante y próspero para todos.

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