El cambio de horario de verano está a la vuelta de la esquina, y con él llegan días más cortos y noches más largas. En Nueva York, el viernes marcará el último atardecer a las 6 p.m. hasta el próximo año, una señal de la proximidad del invierno. Con la llegada del domingo 3 de noviembre, los relojes se retrasarán una hora, dándonos el último adiós al horario de verano hasta marzo del 2025.
¿Qué es el horario de verano?
El horario de verano es una medida que adelanta una hora los relojes en primavera para aprovechar más la luz del día. Esta práctica se extiende hasta el otoño en la mayoría de los Estados Unidos y fue implementada por primera vez durante la Primera Guerra Mundial en Alemania para ahorrar combustible. Desde entonces, otros países, como Estados Unidos, han adoptado el horario de verano, aunque su popularidad ha variado. De hecho, en 1966 se aprobó la Ley de Horario Uniforme, que estableció pautas para el uso del horario de verano en todo el país.
¿Quién sigue el horario de verano?
Actualmente, casi todos los estados en EE.UU. lo adoptan, excepto Arizona (a excepción de ciertas tribus indígenas) y Hawái. Algunos territorios, como Puerto Rico y Guam, tampoco lo observan. El horario estándar, por otro lado, es el tiempo local cuando no se usa el horario de verano, y es la opción predilecta para la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño (AASM) debido a su mejor alineación con el reloj biológico humano.
¿Es beneficioso el horario de verano?
La Academia de Medicina del Sueño respalda el horario estándar permanente, argumentando que el horario de verano, al interferir con el reloj biológico, puede provocar pérdida de sueño y afectar la salud. Sin embargo, el Departamento de Transporte de EE.UU. señala ventajas del horario de verano, como ahorro de energía y disminución en el crimen y los accidentes de tráfico. La luz adicional en la tarde reduce el consumo eléctrico y fomenta una mayor seguridad al viajar y realizar actividades al aire libre.
Mientras el debate continúa, este próximo 3 de noviembre muchos de nosotros retrasaremos nuestros relojes y ajustaremos nuestra rutina una vez más.
Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com
