Nueva York bajo alerta: ola de apuñalamientos deja múltiples víctimas y expone fallas del sistema
El reciente arresto de Ramón Rivera, sospechoso de una serie de apuñalamientos mortales ocurridos en Nueva York, ha puesto de manifiesto la creciente preocupación por la seguridad pública y el manejo de personas con enfermedades mentales graves en la ciudad. Rivera, de 51 años, fue identificado gracias a la intervención de su madre, quien, al ver en televisión que era buscado, se presentó en una comisaría.
Víctimas de una tragedia anunciada
El primer ataque ocurrió el lunes en Chelsea, donde Ángel Lata Landi, un trabajador de la construcción ecuatoriano de 36 años, fue apuñalado varias veces cerca de su lugar de trabajo. Landi, quien planeaba casarse en dos semanas y había criado a su sobrino de 16 años tras la muerte de su hermana, se convirtió en la primera víctima fatal.
Horas después, Rivera atacó a otras dos personas: Chang Wang, un pescador de 67 años en el East River, y Wilma Augustin, de 36 años, cerca de la sede de la ONU. Los tres fallecieron, dejando una estela de dolor y preguntas sobre cómo el sistema permitió que alguien con ocho arrestos previos y un historial de problemas mentales estuviera libre en las calles.
Familias exigen respuestas
La familia de Landi, conmocionada, ha exigido explicaciones. Su sobrino, a quien crió como un hijo, expresó: “De entre miles de personas, ¿por qué él?”. El cuerpo de Landi será trasladado a Ecuador para su entierro, tras un funeral en Nueva York.
Reacciones desde el liderazgo local
El alcalde Eric Adams y la gobernadora Kathy Hochul han señalado fallas en el sistema que permitieron estos crímenes. Adams defendió su política de internación involuntaria para personas con enfermedades mentales graves, criticando el rechazo previo a estas medidas. “Este es el resultado de no actuar”, afirmó, instando a cambios legislativos. Por su parte, Hochul ofreció apoyo estatal para mejorar el manejo de estos casos, destacando esfuerzos previos para reubicar a personas sin hogar en viviendas de apoyo.
Un problema creciente
Las estadísticas respaldan la preocupación: en 2024, más de 65 personas han muerto por apuñalamientos en Nueva York, superando las cifras del año anterior. Además, los ataques con armas blancas han aumentado un 6% en comparación con 2023, mientras que los arrestos relacionados con estos delitos han crecido un 30%.
Los apuñalamientos no se limitan a las calles; se han reportado en hogares, transportes públicos, fiestas, escuelas y hasta cajeros automáticos. La violencia reciente incluyó el asesinato de Alfred Soto, quien murió defendiendo a la hija de una amiga, y el ataque a un turista europeo en el Upper West Side.
Llamado a la acción
La ola de violencia pone en jaque la capacidad de las autoridades para garantizar la seguridad en una ciudad que enfrenta un aumento de delitos con armas blancas. Con familias desgarradas y ciudadanos preocupados, queda claro que el sistema necesita reformas urgentes para prevenir nuevas tragedias.
Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com