jueves 21 de noviembre de 2024 15:43 pm
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Los neoyorquinos mayores de 55 años tienen la tasa más alta de sobredosis, con negros y latinos principalmente afectados, y mientras las muertes por consumo de sustancias siguen disparadas, desde diferentes sectores instan a las autoridades y al Gobierno estatal a promover medidas que aborden la problemática como un asunto de salud pública y no con acciones que criminalicen.

La adicción a las drogas se ha convertido en la Gran Manzana en una epidemia que desde el 2,020 ha cobrado la vida de por lo menos 17,480 neoyorquinos por sobredosis, consideradas como evitables, según el propio Departamento de Salud de la Ciudad. Y son los adultos mayores de entre 55 y 64 años, quienes de acuerdo a datos del 2,022 han llevado la peor parte, pues del total de 6,300 muertes por exceso de drogas 3,026, en los cinco condados, (12% más que en 2021), el primer lugar de decesos ocurrió entre personas de esa franja de edad, con 78.7 casos por cada 100,000 habitantes.

Entre 17 y 19 neoyorquinos mueren cada año por sobredosis, buena parte de ellos adultos mayores y de la tercera edad, y los neoyorquinos de color de entre 55 y 84 años tienen la tasa más alta de sobredosis en comparación con los neoyorquinos de color de otras edades.

Las muertes por sobredosis entre adultos de 45 a 54 años en los cinco condados siguen en la lista, con un índice de fallecimientos de 65.0 por cada 100,000 habitantes, y en general es el fentanilo la sustancia mortal número 1, presente en el 81% de los decesos por sobredosis. La cocaína aparece en segundo lugar con el 53%. Otro de los hallazgos de las autoridades de salud señalan además que los neoyorquinos negros tienen la tasa más alta de muertes por abuso de sustancias, con 62.0%, seguidos por los latinos, con 53.1% y los blancos, con 36.5%.

El Departamento de Salud de la Ciudad aseguró por su parte que en 2023, una mayor proporción de neoyorquinos mayores de 45 años informaron haber recibido tratamiento para el trastorno por uso de sustancias (TUS) durante el último año que otros grupos de edades. El 4,0% de los neoyorquinos entre 45 y 64 años y el 4,1% de los neoyorquinos mayores de 65 años informaron haber recibido tratamiento por TUS el año anterior, en comparación con el 2,2% de los que tienen entre 18 y 24 años y el 2,6% de los que tienen entre 25 y 44 años. Los neoyorquinos latinos (4,1%) y los neoyorquinos negros (4,5%) tenían más probabilidades de informar haber recibido tratamiento por TUS durante el último año en comparación con los neoyorquinos blancos (2,4%).

Los motivos por los que personas mayores consumen drogas varían, pero la falta de opciones, oportunidades limitadas a quienes salen de prisión, traumas por entornos violentos, y hasta ignorancia sobre los efectos del uso de sustancias o fácil acceso a productos baratos de venta en el mercado negro, como el fentanilo, son, según adictos como José Martínez, de 66 años, algunas de las razones por las que caen en problemas de adicción.

“Muchas personas todavía dicen que no entienden por qué alguien puede arruinarse su vida consumiendo drogas, pero me gustaría decirle a esa gente que me gustaria entonces hacer un cambio de vida con ellos, por al menos un día, y así, tal vez tendrían más argumentos para opinar”, aseguró el latino, quien estuvo varios años encarcelado, y quien afirma que no ha contado con apoyo real para rehacer su vida. “Yo no consumo droga porque sea buena, yo consumo para escapar, para olvidar, para seguir viviendo, porque la realidad a la que esta sociedad me condenó, sin drogas es muy dura. Creen que los adictos somos criminales o delincuentes y la verdad lo que somos es gente enferma“.

El padre de familia, quien asegura que debido al abuso de sustancias perdió todo contacto con sus seres queridos y terminó envuelto en “mucha jodienda” (problemas y situaciones desagradables), dice que es doloroso saber que a su edad, no vislumbra un panorama esperanzador.

“Yo conozco a muchos viejos que consumen drogas desde siempre, y nadie los ayudó, conozco a otros que empezaron a probar drogas ya viejos porque la depresión y soledad de esta ciudad mata, y nadie los ayudó, pero duele ver que no se ve futuro. Nos dan la espalda”, agregó el hispano, quien menciona que por lo menos tres veces ha estado en riesgo de morir por sobredosis.

“Yo quisiera un apartamento bonito, un trabajito suave y ser útil para hablarle a chamaquitos y enseñar con mi historia, pero la verdad es que nos hacen a un lado, olemos feo para todos”, dijo el adulto mayor. “La Naloxona me ha salvado, pero creo que deberían financiar más sitios a los que uno va para drogarse de manera segura y recibir ayuda allá. Esos sitios son los que sirven y salvan vidas”.

El panorama es alarmante y desde diferentes sectores, tanto de agencias oficiales como de organizaciones que defienden a comunidades vulnerables y velan por poblaciones que enfrentan adicción a las drogas, vista como un asunto de salud pública, el consenso está a tono con Martínez. Falta mayor apoyo para personas adictas de edades avanzadas, al igual que inversiones que suministren recursos y educación sobre el uso de las drogas, en vez de criminalizar a quienes las usan. De hecho, reportes dejan ver que el 81% de los estadounidenses culpan a los consumidores de droga por su situación.

“Neoyorquinos negros de entre 55 y 84 años tuvieron la tasa más alta de sobredosis en comparación con neoyorquinos negros en otros grupos de edad y en comparación con latinos y blancos

Neoyorquinos de cualquier edad. Esto subraya la necesidad de que nuestras estrategias sean antirracistas y respondan a neoyorquinos que están crónicamente desatendidos y corren cada vez más riesgo de sufrir resultados adversos en su vida y salud, a medida que envejecen”, dijo Toni Smith-Thompson, director de la Alianza sobre políticas de drogas de Nueva York.

El defensor de quienes consumen drogas, recalcó que el panorama es más inquietante entre comunidades vulnerables, pues los neoyorquinos latinos mayores tuvieron el segundo gran aumento de muertes por sobredosis, y urgió a detener medidas que penalizan.

“La crisis de sobredosis es una crisis entre nuestras personas mayores y la principal causa de muerte accidental en general. A medida que ampliamos las estrategias de reducción de daños basadas en evidencia, debemos seguir alejándonos de la guerra contra las drogas. El aumento de la criminalización del mercado de drogas ilícitas continúa creando más daño a medida que los consumidores y vendedores de drogas inherentemente unidos”, dijo Smith-Thompson. “Una respuesta basada en la criminalización no es la respuesta. Permitir que las personas acudan a los Centros de Prevención de Sobredosis (OPC) ofrece una forma de prevenir la sobredosis”.

Steven Gray, coordinador de la Campaña de Políticas de Drogas de la organización VOCAL-NY, se sumó al llamado a que no se abandone a quienes tienen problemas de abuso de drogas en Nueva York, entre ellos a los adultos de la tercera edad, y responsabilizó a la administración de la Gobernadora Hochul por la falta de acciones que pudieran haber salvado y pueden salvar a quienes sufren sobredosis.

“La Gobernadora Hochul no ha creado herramientas de salud para mantener seguras a las personas que consumen drogas. Hay una clara falta de voluntad política que ha hecho que se pierdan 19 vidas diarias, muchos de ellos adultos mayores“, dijo el líder comunitario. “Mientras en otros estados las muertes por sobredosis han disminuido, por el contrario en Nueva York siguen subiendo y seguimos viendo que eso ocurre más entre adultos mayores negros y latinos”.

Y en medio de esta problemática, desde diferentes flancos existen programas de ayuda para tratar de evitar que se pierdan más vidas de adultos mayores debido a sobredosis de drogas, por lo que hacen un llamado a que se aprovechen los servicios de apoyo disponibles.

Así lo advirtió la Comisionada del Departamento de Adultos Mayores, Lorraine Cortés-Vázquez, quien destacó que con los adultos mayores confinados en sus hogares, y aquellos que acuden a centros de ancianos, los administradores de casos tienen la tarea de evaluar las necesidades de los residentes mayores con los que trabajan, entre ellas adicción a las drogas.

“Como parte del modelo de atención comunitaria, existen más de 300 centros para adultos mayores en toda la ciudad con personal que tiene el conocimiento y la información para ayudar a los residentes con las necesidades de sus miembros, incluso si son adictos a las drogas”, dijo la funcionaria de la administración Adams. “Si la persona está de acuerdo, se le puede derivar a una organización que pueda ayudarle. Esto se suma a los programas y servicios que estos centros brindan todos los días y que ayudan a sus miembros”.

La Comisionada agregó que en más de 80 centros de adultos mayores se encuentra el programa de Salud Mental Geriátrica, donde médicos autorizados pueden evaluar a un adulto mayor y derivarlo a una organización que pueda brindarle la asistencia necesaria.

“Alentamos a quienes luchan contra la adicción a visitar su centro local para adultos mayores, que se puede encontrar en nuestro sitio web, o llamar a Aging Connect al 212-AGING-NYC (212-244-6469) para obtener ayuda”, manifestó la funcionaria, agregando que a través de exámenes de detección se determinan las necesidades individuales en español.

Otra fuente de apoyo son los llamados Centros de Prevención de sobredosis (OnPoint NYC), que ayudan a miles de neoyorquinos a tener consumos seguros, pero advierten que hace falta tener inversiones multisectoriales para poder hacer frente a la crisis de drogadicción entre adultos mayores.

Brittney Vargas-Estrella, directora de operaciones de OnPoint NYC, mencionó que con los cambios en el suministro de drogas están aumentando los riesgos asociados con el consumo de drogas, por lo que hizo un llamado a que las autoridades gubernamentales deben responder a la crisis de la misma manera que abordan otros riesgos para la salud de las personas mayores.

“Deben proporcionar lugares seguros para que las personas mayores descansen, reciban la atención y los servicios necesarios y tengan compañía y comunidad con los demás. Nuestros centros de prevención de sobredosis brindan esto y muchos de nuestros participantes se encuentran en los grupos de edad que mueren con las tasas más altas”, destacó la directora de operaciones de OnPoint NYC.

“La mayoría de los participantes ‘mayores’ a los que atendemos han estado consumiendo drogas durante muchos años. Han participado en programas de tratamiento varias veces y tienen un trauma generacional que las instituciones han ignorado a lo largo de sus vidas”, agregó, señalando el efecto negativo que agrega a la problemática la falta de vivienda. “La crisis inmobiliaria también contribuye a la crisis de sobredosis entre las personas mayores. Las personas con ingresos fijos o limitados son vulnerables al aumento de los costos de la vivienda y la muerte por sobredosis es la principal causa de muerte entre las personas que no tienen vivienda”.

Dónde recibir ayuda si tiene problemas con el abuso de sustancias

212-AGING-NYC (212-244-6469)

Puedes llamar a la línea HOPE 24 horas los 7 días al 1-877 8467369

También puede mandar un mensaje de texto al 467369

Puede obtener más información en el sitio https://oasas.ny.gov/hopeline

Para obtener información sobre el programa OnePoint NY puede visitar la página https://onpointnyc.org/

Datos sobre adicción a drogas en NY

1.1 millón de adultos mayores hay en NYC

13% de la población total son personas de la tercera edad

17,480 neoyorquinos y más han muerto por sobredosis de drogas desde el 2,020

55 y 64 años es la franja de edad número 1 de víctimas de sobredosis

6,300 muertes por exceso de drogas se registraron en todo NY en 2022

3,026 de esas muertes ocurrieron en la Gran Manzana

12% más que en 2021

78.7 muertes por cada 100,000 habitantes ocurrieron entre adultos mayores de 55 años

17 y 19 neoyorquinos mueren cada año por sobredosis en NY, buena parte de ellos adultos mayores y de la tercera edad

81% de los decesos por sobredosis fue a causa del fentanilo

53% de las muertes incluyó también cocaína.

53.1% de muertes por cada 100,000 habitantes es el dato de decesos de latinos por sobredosis

Por Edwin Martínez

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