lunes 25 de noviembre de 2024 03:03 am
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Por Dra. Francia Vargas.

Eligio Jáquez ha cumplido con honor una de las tareas más encomiables de su vida. El Honorable Cónsul de Nueva York se despide dejando un historial de funcionabilidad, humildad y responsabilidad. La transformación y multiplicación del Consulado Dominicano en Nueva York es su legado principal. Aunque sus exitosas gestiones incrementando la exportación de productos agrícolas dominicanos hacia los mercados estadounidenses no es menos meritoria.

En adicion, Eligio transformó la imagen de los cónsules dominicanos en esta gran urbe. Antes de su llegada estos solían ser aristócratas e inaccesibles. El, en cambio, fue humilde y convirtió el consulado en la casa de todos. Incorporó los servicios gubernamentales del país, dando soluciones a muchos problemas de nuestros con-ciudadanos y haciendo acopio al propósito del Excelentísimo Presidente Luis Abinader.

Eligio se despide con la satisfacción del deber cumplido, estuvo en todas partes, fue un cónsul simpático y empático con todos. Dio cátedras de dominicanidad, buen humor y humildad. Ya nada volverá a ser igual en el consulado de Nueva York.

Como si todo esto fuera poco, se casó con la gloria al tomar en cuenta a los dominicanos de Nueva Jersey y Pennsylvania, obteniendo del gobierno la creación de sendos consulados, anteponiendo los intereses de los dominicanos de estos estados a los del Consulado de Nueva York, ¡cómo no sentirnos orgullosos de él!.

En el aspecto comunitario dio cátedras de participación y generosidad, de todas partes le llovieron los reconocimientos. Y respecto al político, nombró a tanto compañeros como nunca nadie lo había hecho. Por todo ello, no sorprendió que en la campaña fuera designado Coordinador de la Circunscripción No. 1. posición desde la que realizó un trabajo encomiable.

La grandeza de ese hombre brillará por siempre en el cielo neoyorkino. Eligio Jáquez sale de Nueva York por la puerta grande y la frente en alto, todos le estamos agradecidos. Y si vuelve a nacer volverá a ser dominicano. Lo despedimos orgullosos de haberlo tenido como cónsul. ¡Te extrañaremos hermano!.

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