Chile pone fin a la misión de su embajador en Venezuela: tensiones diplomáticas en aumento
La Cancillería de Chile ha anunciado este martes el término de la misión de su embajador en Venezuela, Jaime Gazmuri, decisión que marca un nuevo capítulo en las tensiones diplomáticas entre ambos países. Según un comunicado oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores chileno, la medida responde a la “evolución de los hechos” tras las elecciones presidenciales en Venezuela celebradas en julio del año pasado, las cuales han sido objeto de controversia internacional.
En el comunicado, la Cancillería chilena califica los comicios como un “fraude electoral perpetrado” y subraya que, a pesar de las denuncias, Nicolás Maduro continúa afirmando que se mantendrá como presidente desde el 10 de enero. Asimismo, el documento señala que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela convalidó los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), profundizando las dudas sobre la legitimidad del proceso.
Escalada de tensiones tras la expulsión del personal diplomático chileno
El conflicto bilateral no es nuevo. La relación entre ambos gobiernos se deterioró significativamente en agosto del 2024, cuando Venezuela expulsó al personal diplomático chileno de Caracas, lo que fue percibido como un acto hostil por parte de Santiago. Desde entonces, según el comunicado chileno, se ha incrementado la “falta de apertura” y se ha evidenciado una “agudización de la crisis” que ha imposibilitado el desarrollo de un diálogo bilateral efectivo.
En su declaración, Chile reitera su deseo de que Venezuela retome la democracia y respete los derechos humanos, valores que, según afirma, están actualmente ausentes en el país sudamericano. La Cancillería chilena también expresó su esperanza de que se puedan restablecer las condiciones para un diálogo productivo en el futuro.
Acusaciones y declaraciones cruzadas
Los desencuentros entre los gobiernos de Gabriel Boric y Nicolás Maduro han escalado en los últimos meses. En octubre, el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, acusó al presidente chileno de ser “un agente” de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA). Este señalamiento siguió a una serie de críticas que Boric había dirigido hacia el gobierno venezolano, especialmente su desconocimiento de los resultados electorales que dieron la victoria a Maduro.
Yván Gil, canciller venezolano, también arremetió contra Boric en agosto, calificándolo como “una pieza comprada por los EE.UU., cobarde y sumiso a intereses imperiales”. Las declaraciones han generado un ambiente de confrontación constante que dificulta cualquier posibilidad de reconciliación diplomática.
Maduro y su discurso contra “la agresión imperialista”
Por su parte, Nicolás Maduro continúa reforzando su narrativa contra lo que denomina “agresión fascista” por parte de Estados Unidos y sus aliados. En un discurso pronunciado el pasado 6 de agosto, el mandatario venezolano acusó al gobierno norteamericano de liderar una campaña de desestabilización en su contra. Según Maduro, esta supuesta injerencia incluye el apoyo a figuras como el excandidato presidencial Edmundo González Urrutia, a quien el gobierno venezolano acusa de conspiración, legitimación de capitales y otros delitos.
El Ejecutivo venezolano ha intensificado su persecución contra González Urrutia, ofreciendo una recompensa de 100,000 dólares por información que conduzca a su captura. Este caso se ha convertido en un símbolo del enfrentamiento interno y externo que vive el país.
Impacto regional e internacional
La decisión de Chile de retirar a su embajador refleja una postura más firme frente al gobierno de Nicolás Maduro y se alinea con las críticas que varias naciones han emitido sobre la situación política y de derechos humanos en Venezuela. Sin embargo, también plantea interrogantes sobre el futuro de las relaciones bilaterales y el impacto de esta medida en la estabilidad diplomática de la región.
Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com.
