martes 22 de octubre de 2024 04:33 am
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Elon Musk ha relatado algunas de las situaciones más absurdas a las que SpaceX ha tenido que enfrentarse para obtener aprobaciones de las agencias reguladoras, mientras participaba en un evento de apoyo a Donald Trump en la iglesia Life Center de Harrisburg, Pensilvania. Ante una multitud de seguidores del expresidente, Musk compartió historias que parecían sacadas de un sketch de comedia, pero que asegura son completamente reales, como él mismo había mencionado en una entrevista en el podcast de Lex Fridman hace un año. Ahora, estas historias formaron parte de un mitin político para respaldar la campaña de Trump, quien busca la presidencia de nuevo.

Entre las anécdotas más llamativas, Musk habló de cómo SpaceX tuvo que enfrentarse a la preocupación del Servicio Nacional de Pesca Marina de Estados Unidos, que temía que los lanzamientos del cohete Starship pudieran golpear a tiburones en el océano. La agencia solicitó a SpaceX calcular la probabilidad de que esto ocurriera, pero cuando la compañía pidió información sobre la población de tiburones en la zona, los reguladores se negaron a proporcionar los datos por temor a que fueran utilizados por cazadores de tiburones. Al final, SpaceX logró obtener la información y concluyó que las probabilidades de golpear un tiburón eran prácticamente nulas. Sin embargo, la respuesta de la agencia fue preguntar: “¿y qué hay de las ballenas?”, lo que llevó a SpaceX a realizar más cálculos que arrojaron igualmente una probabilidad cercana a cero.

Otro de los ejemplos más curiosos mencionados por Musk fue la solicitud del gobierno de California, que estaba preocupado por el posible estrés que los lanzamientos de cohetes Falcon 9 podrían causar en las focas cercanas a la base Vandenberg de la Fuerza Espacial de Estados Unidos. Según Musk, los reguladores pidieron a SpaceX que “secuestrara una foca, la atara a una tabla, le pusiera auriculares y reprodujera sonidos de explosiones sónicas” para ver cómo reaccionaba. Musk afirmó que SpaceX cumplió con la solicitud, y la foca, según él, no mostró signos de estrés. Incluso bromeó diciendo que cuando la foca regresó con sus compañeras, seguramente nadie le creería lo que había experimentado.

Estas historias fueron contadas por Musk para ilustrar su frustración con lo que él considera una sobrerregulación excesiva por parte de más de 100 agencias gubernamentales. Esta es una de las razones por las que Musk ha decidido donar 75 millones de dólares a la campaña de Trump, a través del comité America PAC, con el objetivo de reducir la burocracia que, según él, ralentiza el progreso de empresas como Tesla y SpaceX.

El respaldo de Musk a Trump también tiene implicaciones estratégicas. Si Trump resulta vencedor en las elecciones presidenciales, el empresario sudafricano tiene mucho que ganar. Uno de sus principales intereses sería desregular sectores clave, como el automovilístico y el aeroespacial. Aunque pueda parecer paradójico, dado que Trump ha prometido frenar el avance de los coches eléctricos para proteger a la industria del automóvil de combustión, ambos han encontrado un terreno común en su crítica a las regulaciones gubernamentales. De hecho, Trump ha anunciado que, si gana, Musk presidirá una comisión de “eficiencia gubernamental”, lo que le permitiría a Musk trabajar en la eliminación o reducción de agencias que, según él, “estrangulan” a las empresas con regulaciones excesivas.

La aparición de Musk en este mitin político y su respaldo a Trump revelan cómo el empresario está dispuesto a involucrarse más directamente en la política de Estados Unidos para asegurar que sus empresas continúen operando con menos restricciones regulatorias en el futuro.

Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com.

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