Con la disminución de la luz de la Luna Llena, los astrónomos han retomado las observaciones del asteroide 2024 YR4. Los telescopios terrestres requieren cielos oscuros para detectar estos objetos débiles, que son difíciles de ver con la luz de la Luna Llena.
El Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro en California, ha actualizado la probabilidad de impacto del asteroide en 2032. El 18 de febrero, la probabilidad se situó en un 3,1%, la más alta registrada para un objeto de este tamaño. Sin embargo, nuevos datos recopilados el 19 de febrero redujeron esta probabilidad al 1,5%.
Cada noche de observaciones adicionales mejora nuestra comprensión de la trayectoria del asteroide y su posible ubicación el 22 de diciembre de 2032. Esto subraya la importancia de recopilar datos suficientes para que los expertos en defensa planetaria puedan evaluar el riesgo futuro para la Tierra. La NASA espera que la probabilidad de impacto continúe cambiando con nuevas observaciones en los próximos días y semanas.
Las observaciones recientes han reducido la incertidumbre sobre la trayectoria del asteroide. A medida que se siga observando su movimiento, la región de posibles ubicaciones se reducirá aún más. Para que la probabilidad de impacto sea cero, la Tierra debe quedar fuera del rango de posibles ubicaciones del asteroide el 22 de diciembre de 2032.
Además, existe una pequeña posibilidad de que el asteroide impacte contra la Luna, con una probabilidad estimada del 0,8%.
El Telescopio Espacial James Webb de la NASA también observará el asteroide en marzo de 2025 para evaluar mejor su tamaño. Además, la misión Near-Earth Object Surveyor, programada para lanzarse en septiembre de 2027, mejorará la capacidad de la NASA para descubrir asteroides desconocidos utilizando el infrarrojo, complementando los observatorios terrestres.