viernes 22 de noviembre de 2024 05:25 am
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Una jueza falla que la ley estatal es demasiado restrictiva y debe permitir excepciones sin que los médicos teman enfrentar cargos penales.

Una jueza de Texas falló este viernes que la prohibición estatal al aborto ha resultado ser demasiado restrictiva para las mujeres que tienen complicaciones graves durante el embarazo y debe permitir excepciones sin que los médicos teman enfrentar cargos penales.

Es el primer fallo que resta rigurosidad a la ley de Texas desde su entrada en vigor en 2022 y supone una victoria importante para los defensores del derecho al aborto, que consideran el caso como un posible modelo a seguir para mermar las limitaciones impuestas en otros estados con gobiernos republicanos.

El fallo de la jueza estatal de distrito Jessica Mangrum incluía una medida cautelar que impide a Texas aplicar la norma a los médicos que, según su “juicio de buena fe”, ponen fin a un embarazo que, debido a las complicaciones, crea un riesgo de infección o no es seguro para la madre.

Pero la medida judicial quedó bloqueada de inmediato por el recurso presentado ante la Corte Suprema de Texas, afirmó la Fiscalía estatal. “La medida cautelar del tribunal de primera instancia es inefectiva y el statu quo sigue vigente”, explicó la portavoz Paige Willey en un correo electrónico.

La medida cautelar se aplicaba también a las mujeres que padecen una enfermedad “agravada por el embarazo” que no puede tratarse de forma eficaz durante la gestación y cubría casos en los que el feto padecía afecciones que hacían improbable su supervivencia tras el nacimiento.

“Por primera vez en largo tiempo lloré de alegría cuando escuché la noticia”, declaró en un comunicado Amanda Zurawski, la mujer que encabeza la demanda. “Esto es exactamente por lo que hicimos esto. Esto es por lo que pasamos por el dolor y el trauma una y otra vez para compartir nuestras experiencias y los daños provocados por estas leyes horribles”.

El fallo de Mangrum establecía que la medida cautelar estaría en vigor hasta la conclusión del caso, cuyo juicio se espera que comience el próximo 25 de marzo.

Pero la apelación inmediata del estado “detiene el intento de una juez activista de Austin de anular la ley del aborto en Texas a la espera del fallo de la Corte Suprema de Texas”, indicó el primer ayudante del fiscal general, Brent Webster, en un comunicado.

Las repercusiones inmediatas de la decisión de Jessica Mangrum no estaban claras en un estado donde todas las clínicas para abortos cerraron en el último año.

Se cree que esta es la primera impugnación jurídica en Estados Unidos presentada por mujeres a las que les negó el aborto desde que la Corte Suprema revocó el año pasado el fallo de Roe vs. Wade, que durante casi 50 años había avalado el derecho constitucional a la interrupción del embarazo.

En su fallo de seis páginas, la magistrada consideró que algunas de partes de la ley contra el aborto violaban los derechos que concede la Constitución de Texas a las personas embarazadas.

El tribunal consideró que las pacientes que impulsaron la demanda sufrieron “problemas médicos urgentes” durante el embarazo que pusieron en peligro su salud o su vida “y requerían atención abortiva”.

Sin embargo, la interrupción del embarazo se demoró o se les negó por la incertidumbre generalizada en torno al impacto de la ley en los médicos, apuntó la sentencia.

“El fallo de hoy debería evitar que otras texanas sufran el trauma inconcebible que soportaron nuestras demandantes“, dijo Nancy Northup, presidenta y directora general del Centro por los Derechos Reproductivos, un organismo jurídico activista que promueve los derechos a la reproducción y que ayudó a entablar la demanda. “Sería inconcebible que el estado de Texas apelara este fallo”.

Durante dos días de emotivos testimonios en un tribunal de Austin, varias mujeres compartieron sus desgarradoras historias de saber que sus bebés no sobrevivirían al nacimiento y que les era imposible viajar largas distancias a estados donde la interrupción del embarazo sigue siendo legal.

La impugnación, interpuesta en marzo, no busca revertir la prohibición de Texas a los abortos, sino que pretende obligar a que haya más claridad en torno a cuándo se permiten las excepciones de acuerdo con la ley, que es una de las más restrictivas al respecto en Estados Unidos.

Según la ley de Texas, los médicos que efectúen abortos se arriesgan a ser sentenciados a cadena perpetua y a pagar multas de hasta 100.000 dólares. Los opositores dicen que esa disposición ha orillado a algunas mujeres a ponerse bajo la atención de doctores que ni siquiera están dispuestos a hablar sobre la posibilidad de poner fin a un embarazo.

La mayoría de los adultos en Estados Unidos, incluidos aquellos que viven en estados con los límites más estrictos al aborto, quieren que sea legal al menos durante las etapas iniciales del embarazo, según un sondeo divulgado a fines de junio por AP y el Centro NORC de Investigación de Asuntos Públicos.

elmundo.es

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