Aunque hay preocupación ante el aumento de casos de la enfermedad, que afecta de manera desproporcionada a latinos, y que en ciertos vecindarios del “condado de la salsa” dobla y hasta triplica los índices de otras áreas de la Gran Manzana, también hay programas de ayuda y recursos para llevar vidas sanas y estables.
María Gregorio confiesa que desde que era muy niña, en su casa había una regla de oro, además de ‘respetar a los mayores’: ‘comerse todo lo que le sirvieran‘, era el principio a seguir. La dominicana de 49 años asegura que en su hogar, en el sur de El Bronx, cerca de la parada del metro de Simpson, no había riquezas, pero la buena comida nunca faltó. Y los malos hábitos alimenticios tampoco.
“Nada mejor que el arroz con habichuelas, el mangú, los yaniqueques, el queso frito, el salami, los huevos, tostones y el rabo encendido que preparaba mami. Eso era una delicia, el problema era que el plato de nosotros siempre parecía reventar, y todos los días comíamos mucho, sin importar los horarios, y los vegetales ni aparecían. Ya de grande me dio a mí por el helado antes de irme a dormir, y aunque decía que ‘una vez al año no hace daño’, jamás y nunca dejé de comer helado un solo día”, asegura la auxiliar contable, con un gesto de arrepentimiento en el rostro.
“Con el tiempo empecé a sentir mareos, me sentía cansada, me daba un hormigueo en la parte de atrás de la cabeza y la vista se me nublaba. Aunque al principio pensé que era por trabajar tanto, cuando fui al médico y me hicieron análisis de sangre, me di cuenta que la manera como había comido toda la vida y el no hacer ejercicio, me pasaron factura. Me metí al club de la diabetes y a diario debo aplicarme insulina”.
Al otro lado de El Bronx, Janeth Macias, de 63 años, narra una historia similar. La costurera asegura que hace 25 años, su vida cambió luego de que se enterara que era diabética, algo que veía impensable, incluso siendo hija de un padre con diabetes, quien murió hace un par de años en la Gran Manzana, y a quien debieron amputarle la pierna debido a los daños que su enfermedad le causó.
“Yo empecé de repente a sentir mucha sed. No se me quitaba con nada, que hasta me compraba soda por paquetes porque no me paraba, y comencé a ir muchas veces al baño, entonces fui al doctor y mi cuñado, que trabaja en un hospital, me entregó los resultados de mis exámenes y me dijo: ‘bienvenida al club de los diabéticos’. Tenía el azúcar por encima de 400”, comenta la ecuatoriana, recordando aquel momento, en el que apenas tenía 40 años. Y aunque con el tiempo no tuvo más remedio que aprender a comer diferente, a cuidarse mejor y controlar sus niveles de glucosa con medicamentos, dice abiertamente que se arrepiente porque tiene claro que la diabetes no es una simple gripe.
“Yo era hija de un padre diabético. Yo desde joven debí haber tomado eso en cuenta y cuidarme, pero lo pasé por alto y hoy por eso le digo a la gente que hay que empezar a cuidarse desde temprano, más si uno es hijo de alguien con diabetes, pues esta enfermedad es como un cáncer de larga duración que daña todos los órganos”, asegura la latina, quien agrega que de 8 hermanos en su familia, cinco ya fueron diagnosticados con diabetes, uno de ellos hace apenas dos meses.
“Tal vez por falta de información o conciencia, cometimos errores que nos obligó a cambiar nuestra vida y a los que todavía no han entrado al club de la diabetes, al que nadie quiere pertenecer, les digo que se cuiden. La manera de alimentarnos es todo si queremos tener vidas más sanas y más largas”, agregó la paciente del Hospital Montefiore, quien en los últimos años logró perder más de 60 libras y hoy vive más saludable, incluso cambiando sus tres dosis diarias de insulina por un medicamento de uso semanal.
El Doctor Edwin Torres (extremo izquierdo) en una actividad para frenar la diabetes. Cortesía Montefiore
Su hermana Mary Vizcaíno, de 59 años, quien trabajó toda su vida repartiendo el correo, también padece diabetes desde hace 12 años, y su gran orgullo es saber que después de su diagnóstico pudo influir en sus hijos, mejorando sus hábitos alimenticios y hasta hoy ninguno de ellos tiene la enfermedad.
“Yo caminaba mucho, pero un día empecé a sentir que me quemaban los pies y pensaba que era por tanto caminar, pero mi esposo que trabaja con médicos, me llevó a sacar la sangre un día después de que dio un mareo y justo el día de mi cumpleaños 47, me dijo: ‘feliz cumpleaños, estás en el club de los diabéticos’. Ahí empecé a cuidarme, pero por años casi no podían controlarme el azúcar”, asegura la ecuatoriana, quien siempre anda con un dulce o un guineo en su cartera para reaccionar cuando sufre bajonazos de glucosa. “En la nueva generación en nuestra casa nadie tiene diabetes y eso me da mucha tranquilidad, pero uno sabe que esta es una enfermedad con la que no se puede bajar la guardia, daña riñones, hay gente que termina en diálisis, y por eso le digo a la gente que mire nuestro ejemplo porque muchos abusando de la comida del trago del cigarrillo y sin hacer ejercicio, están matándose”.
Y es que como advierten autoridades de salud neoyorquinas, la diabetes no es un juego. La preocupación que existe actualmente en la Gran Manzana para tratar de frenar el auge de la enfermedad que cada año es la causa de muerte de más de 103,000 personas en Estados Unidos está en subida, especialmente cuando cifras del Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York revelan que entre el 2002 y el 2020, la prevalencia de diabetes en adultos aumentó en más del 50% pasando de 8% del total de la población con ese diagnóstico a 12%.
Pero es el condado de El Bronx el que más ha hecho sonar las alarmas, pues está en la cima de los casos de diabetes en toda la ciudad, con 15%, seguido por Queens y Staten Island, con 13%, Brooklyn, con 11%, y Manhattan, con 10%. El Bronx también lidera los porcentajes de adultos con niveles de azúcar muy altos en la sangre, y mientras el promedio en la ciudad es 16,2%, en el llamado ‘Condado de la salsa‘, es del 19,4%, seguido por Brooklyn, con 16,6%, Manhattan, con 15,2%, Queens, con 14,9% y Staten Island con 12,6%.
Y son los latinos en Nueva York quienes dominan el llamado “Club de la diabetes”, como lo advierten las autoridades de salud, dejando ver que mientras el 8% del total de los blancos de la Gran Manzana ha sido diagnosticado con la enfermedad, para los asiáticos los índices con del 12%, los negros el 15% y los hispanos el 16%. En El Bronx las cifras son aun más alarmantes, pues hay vecindarios de afluencia latina donde las cifras de diagnóstico de diabetes llegan al 20%. Además, la diabetes mellitus está quitándole años de vida a miles que la padecen, buena parte de ellos que hablan español, pues ha pasado de ser la octava causa principal de muerte prematura en la ciudad y la séptima causa principal, a la quinta responsable de decesos. La tasa de muertes por diabetes aumentó un 16,4% desde 2011 y un 18,1% desde 2019.
Las hermanas Janeth Macías y Mary Vizcaíno viven con diabetes en El Bronx. Foto Edwin Martínez
“Si bien el COVID-19 fue el mayor impulsor de la disminución de la esperanza de vida en 2020 en la ciudad de Nueva York, otras causas contribuyeron a esta disminución a nivel local, incluidas enfermedades crónicas como la diabetes”, dijo el Dr. Ashwin Vasan, comisionado del Departamento de Salud e Higiene Mental de la Ciudad de Nueva York, advirtiendo sin embargo que existen programas de apoyo y recursos disponibles para mejorar la lucha contra diabetes. “Es por eso que recientemente presentamos “HealthyNYC”, un plan ambicioso para mejorar y extender la esperanza de vida promedio de todos los neoyorquinos y esto incluye reducir las enfermedades cardiovasculares y la diabetes en un 5%“.
La esperanza de vida actual de los hispanos de la Gran Manzana cayó de 83 años, en el 2019, a 77 años actualmente, y se ha logrado establecer que hay una relación entre la mayor prevalencia de diabetes con la pobreza media o baja, como ocurre en vecindarios de El Bronx, donde lugares como el Hospital Montefiori intentan promover la detección, el apoyo y el manejo de este mal a fin de promover vidas más largas y saludables, como ocurre este mes de noviembre, conocido como el Mes de la Diabetes, donde hay diferentes talleres informativos y educativos sobre esa enfermedad.
Así lo asegura el Doctor Edwin Torres, experto en diabetes, quien hizo un llamado especial a los latinos de El Bronx para que no bajen la guardia ante la diabetes y fomenten la prevención, pues aseguró que grupos como los mexicanos en especial tienen una prevalencia de 14.5% de esta enfermedad y los boricuas del 12.5%.
“Son muchos los factores que juegan un papel en el desarrollo de la diabetes, entre ellos la educación, la condición socioeconómica y el historial familiar, pero ahora más que nunca, cuando estamos viendo que los índices siguen creciendo, urge que tomemos mayores acciones, pues cuando sabemos que el 10% de la población del estado tiene diabetes, hay partes de El Bronx donde los niveles son del 20% y más”, aseguró el experto médico.
“Siempre digo que vale más una onza de prevención que una libra de tratamiento, así que hay que cuidarnos, hacer ejercicio, comer sanamente y si vemos que alguien tiene un papá diabético, en vez de ignorar eso, vaya al médico para prevenir complicaciones, o llame al 311 para conocer de lugares donde puedan saber más sobre la diabetes”, dijo el galeno dominicano. “Este mes de la diabetes debe servir para celebrar que aquellos que tienen diabetes han triunfado en manejar y controlar su enfermedad, pero también para que aquellos que no la tienen sepan cómo seguir previniéndola y que bajemos los niveles de disparidad que hay entre los latinos”.
Diabetes en cifras
103,000 personas en Estados Unidos mueren por esta enfermedad cada año
50% aumentó la diabetes en adultos en la ciudad, mayormente en El Bronx
12% de los neoyorquinos padecen diabetes
15% es sin embargo el promedio de diabetes en El Bronx
50% más de casos de diabetes tiene El Bronx que condados como Manhattan
16,2% pone a El Bronx en el primer lugar en la ciudad de adultos con niveles de azúcar muy altos en la sangre
16% de hispanos diagnosticados con diabetes los pone como la comunidad que lidera el club de la diabetes en NYC
50% por encima de los blancos, que tienen índices del 8%
20% llegan a ser los índices de diabetes en ciertas comunidades latinas en El Bronx
18,1% es la tasa de mortalidad de la diabetes actualmente, por encima del 16,4% que se estimaba
5% en reducción de diabetes es el plan de autoridades de salud para los próximos años
4.6% de personas con diabetes se estima no conocen su estatus con la enfermedad
Recursos disponibles para educarse sobre la diabetes
Autoridades de Salud ofrecen diferentes talleres educativos, que puedes conocer a través de este enlace:
Si quiere saber más sobre la diabetes, los síntomas, dónde hacerse una prueba y cómo prevenir la enfermedad, visite este sitio web del Departamento de Salud
Puede obtener información en este sitio del Centro de diabetes del Hospital Montefiore de El Bronx
La Ciudad de Nueva York promueve el programa de Educación y apoyo para el autocontrol de la diabetes (DSMES), que se imparte en cinco talleres de 2 horas, que se llevan a cabo semanalmente durante 5 semanas. Los talleres se ofrecen virtualmente o en persona y están dirigidos por un dietista registrado.
También existe el Programa Nacional de Prevención de la Diabetes (DPP Nacional) que busca cambios de estilo de vida, reconocido por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), de un año de duración, para adultos con prediabetes. El programa consta de 16 sesiones básicas semanales de 1 hora por semana durante los primeros 6 meses y van seguidas de sesiones de mantenimiento mensuales con una duración combinada de un año. El objetivo general del DPP Nacional es que los participantes pierdan al menos entre el 5% y el 7% de su peso corporal y adopten comportamientos más saludables en sus estilos de vida. Los adultos con alto riesgo de diabetes tipo 2 que participan en el DPP Nacional pueden reducir su riesgo en un 58%, en comparación con un riesgo reducido del 31% para aquellos que solo toman metformina.
Asimismo, el programa NYC Care Calls brinda apoyo telefónico para el autocontrol de la diabetes, centrándose en el sur del Bronx. Educadores de salud bilingües capacitados brindan educación y apoyo de autocuidado a neoyorquinos adultos con diabetes tipo 2 durante una serie de seis llamadas para ayudar a los pacientes a implementar sus planes de atención para la diabetes. Los temas incluyen cumplimiento de la medicación, alimentación saludable, actividad física y manejo del estrés.
Se ofrecen además talleres sobre diabetes gestacional que serán una serie de sesiones virtuales realizadas en Zoom centradas en la concientización sobre la diabetes gestacional, la alimentación saludable (incluido el almacenamiento seguro de alimentos, opciones saludables no frescas, consejos/demostración de cocina, revisión de etiquetas nutricionales, etc.), movimiento seguro/ actividad física para mamás y afrontamiento saludable del manejo del estrés)
Por Edwin Martínez