jueves 21 de noviembre de 2024 08:24 am
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Por si no tuviéramos suficientes contaminantes atmosféricos, la estratosfera de la Tierra, hogar de la frágil capa de ozono de nuestro planeta, enfrenta una nueva amenaza: metales vaporizados provenientes de los lanzamientos de cohetes y la basura espacial.

El hallazgo. Un equipo de científicos analizó las partículas detectadas por el avión WB-57 de la NASA en vuelos de gran altitud sobre Alaska y el Medio Oeste de Estados Unidos. El análisis reveló la acumulación de ciertos metales en las partículas de ácido sulfúrico de la estratosfera. Estos metales no se encuentran naturalmente a esas altitudes.

Publicado por investigadores de la Universidad Purdue con el respaldo de la NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, el estudio identificó más de 20 elementos distintos, incluido el litio, el aluminio, el cobre y otros metales más exóticos como el niobio y el hafnio.

Un origen inequívoco. Estos metales son utilizados comúnmente en cohetes y satélites, y se detectaron en proporciones que se corresponden con aleaciones aeroespaciales específicas. Según los científicos, son metales vaporizados provenientes de desechos espaciales que se queman en la atmósfera, como los cohetes gastados que regresan de la órbita.

La vaporización de la basura espacial en su reentrada a la atmósfera no es un concepto nuevo, pero su creciente contribución a la contaminación de la estratosfera en forma de metales vaporizados sí es una preocupación reciente. Sus niveles superan ya a fuentes naturales de metal como el polvo de los meteoros.

Las consecuencias no están claras. La estratosfera es la parte de la atmósfera en la que se encuentra la capa de ozono, que nos protege de la radiación ultravioleta del Sol. La capa de ozono tiene a su vez un escudo protector que son las partículas de ácido sulfúrico de la estratosfera. Los metales se están acumulando en esas partículas de ácido sulfúrico.

No se sabe qué implicaciones pueden tener estos metales a largo plazo. Dado que la capa de ozono actúa como escudo contra los rayos UVB, cualquier desequilibrio en su química podría tener repercusiones para la vida en la Tierra, pero hasta ahora solo nos habíamos preocupado de que los cohetes y satélites que reingresan en la atmósfera se desintegren sin caer sobre nosotros. No habíamos pensado en los efectos de su vaporización.

Cada vez más lanzamientos. Aunque solo el 10% de las partículas de ácido sulfúrico muestreadas contenían estos metales, las proyecciones prevén una contaminación del 50% en unas décadas por el exponencial aumento de los lanzamientos espaciales.

Las megaconstelaciones de satélites, como Starlink de SpaceX o Project Kuiper de Amazon, son el principal motivo de preocupación de los científicos. Un dato: en los 66 años de historia de la industria espacial se han lanzado unos 15.000 objetos al espacio. SpaceX tiene operativos cerca de 5.000 satélites Starlink y espera llegar a 12.000 en los próximos años. La empresa ya lanza dos cohetes por semana y espera aumentar la cadencia en un 50% para 2024.

En conclusión, tenemos plásticos contaminando nuestros océanos, dióxido de carbono derritiendo nuestros glaciares y, ahora también, metales fabricados por el hombre en la estratosfera de la Tierra, alterando su química con consecuencias aún desconocidas.

MATÍAS S. ZAVIA

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