Moscú expulsó a dos empleados de la embajada de Estados Unidos, Jeffrey Sillin y David Bernstein, por su presunta participación en «actividades ilegales» relacionadas con un ex trabajador del consulado de Estados Unidos acusado de espiar para Washington.
En una reciente ruptura diplomática, Moscú ha tomado la medida de expulsar a dos empleados de la embajada estadounidense acusados de participar en “actividades ilegales” relacionadas con un ex trabajador del consulado estadounidense, Robert Shonov, quien enfrenta acusaciones de espionaje en nombre de Estados Unidos.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso anunció la expulsión y nombró a los dos diplomáticos estadounidenses como Jeffrey Sillin y David Bernstein. Según las autoridades rusas, Sillin y Bernstein estaban implicados en “mantenimiento” con Shonov, un ciudadano ruso que enfrenta graves acusaciones.
Subrayando la gravedad de la situación, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia informó al embajador de Estados Unidos que tanto Sillin como Bernstein son considerados “personas non gratas” y deben abandonar el territorio ruso en un plazo de siete días.
Robert Shonov tuvo una asociación de larga data con el consulado de Estados Unidos en Vladivostok, que duró más de 25 años hasta 2021. Sin embargo, su mandato llegó a un final abrupto cuando Moscú impuso restricciones al personal local que trabajaba para misiones extranjeras.
Las acusaciones contra Shonov se remontan a mayo, cuando fue detenido por las autoridades rusas. Se le acusa de recopilar información sensible sobre la “operación militar especial” de Rusia en Ucrania, detalles sobre el reclutamiento militar del país y monitorear las actividades de protesta en el período previo a las elecciones presidenciales rusas de 2024.
En respuesta a estos acontecimientos, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia emitió una severa declaración condenando lo que describió como “actividad ilegal” por parte de la misión diplomática estadounidense. La declaración enfatizó que cualquier forma de injerencia en los asuntos internos del país anfitrión se considera inaceptable y se abordará con decisión.
El gobierno estadounidense, por el contrario, ha negado firmemente las acusaciones contra Robert Shonov. Los funcionarios estadounidenses han calificado las acusaciones de “totalmente sin fundamento”. Si es declarado culpable, Shonov podría enfrentarse a una sentencia de hasta ocho años de prisión.