En familias latinoamericanas de segunda y tercera generación, se empieza a tener otra mirada sobre la relevancia de transmitir la lengua materna a sus hijos. Lingüistas remarcan, en negrillas, que estamos al frente de un idioma que tendrá su propia versión en la Gran Manzana.
Los puertorriqueños hablan de un ‘revolú’ para referirse a un escándalo, los dominicanos dicen un ‘chin’ cuando quieren decir un poquito, los mexicanos salen a ‘chambear’ como la expresión que identifica el verbo trabajar… y así millones de hispanoparlantes en la capital del mundo, conviven, trabajan, se cruzan en las calles, hacen familia o simplemente se encuentran por segundos en el Subway, haciendo muchas veces el esfuerzo de entenderse…aunque hablen el mismo idioma.
Esta comunión propia de la ‘capital del mundo’, como calcula el lingüista venezolano, Francisco Javier Pérez, secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), originará sin dudas, en las próximas décadas, una nueva variante del español.
“Al igual que ya se observa en Florida, por la influencia de los cubanos y los venezolanos, en Nueva York se está gestando una forma muy peculiar del ‘spanglish’. No es difícil de prever lingüísticamente, porque naturalmente hay una mayor coexistencia de culturas hispanoparlantes, hay muchos más tipos de español, que se entremezclan con otros. Y eso las academias, lo observamos como parte de la riqueza de la evolución de las lenguas”, aseguró en entrevista para El Diario.
El portavoz del órgano panhispánico del idioma, con sede en Madrid, lo explicó recientemente en la celebración de los 50 años de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE) en Nueva York: El crecimiento del número de hablantes de español en la actualidad, tanto por la suma de los
hablantes nativos, como de los que aprenden español como segunda lengua, no hacen sino recordarnos que nos encontramos “en el tiempo más feliz de nuestra historia como lengua”.
Asimismo, agrega el lingüista, que las nuevas variantes no se deben ver desde la orilla de los temores, porque los académicos ya no tienen la creencia que el español está perdiendo su purismo o identidad original.
El vaticinio es que la ‘lengua de Cervantes’, que vive una innegable expansión en la ‘capital del mundo’, seguirá tomando su propia dimensión, con las diferentes paletas de “colores” que ofrece la diversidad. Y se ratifica una vez más que en 50 años en Estados Unidos, ya se estará hablando de una gran nación bilingüe en español.
Y la Gran Manzana, como esa ‘torre de babel’ de la cultura moderna, tendrá su propia versión del ‘español dentro del español’.
“Estamos viendo en la Gran Manzana, al igual que en otras metrópolis definidas por la migración, una conjunción muy interesante. Aunque en el pasado, hubiese podido sonar como algo terrible, ahora lingüísticamente, lo evaluamos como algo positivo. Las academias practicamos ahora el panhispanismo, en abierto repudio a las formas pasadas que pretendían hacer del español una lengua monocromática y aburrida”, subrayó Pérez.
El privilegio de hablar dos idiomas
Las familias de inmigrantes latinoamericanas, ya de segunda y tercera generación, tienen hoy el desafío que unos de los marcadores principales de la identidad hispana, no se borren en las nuevas generaciones.
Por ejemplo, la residente del Alto Manhattan, Yanet Ruiz, forma parte de una de las tantas neoyorquinas que tiene muchas razones para que se le infle el pecho de orgullo por sus raíces multiculturales hispanas. Su papá es colombiano, su madre peruana, su esposo es puertorriqueño.
Pero como ella misma lo confiesa, cometió un grave error al no inculcar a sus dos hijos hablar también su lengua materna. Un error, que remarca no volverá a repetir con sus nietos: Uno de ellos, tiene además sangre dominicana.
“Ya mis hijos están grandes. Están trabajando y como yo nací aquí y mi esposo también, hablábamos solo inglés en casa. Y ellos aunque tienen nuestros valores de familia, no hablan español”, dice quien reconoce que en varios trabajos como consultora, le han ofrecido mejores salarios por ser bilingüe.
Yanet al lado de su madre peruana, está lista para que su nieto pueda ser fluido en ambos idiomas. No solo por un asunto de oportunidades profesionales en el futuro, sino porque es una forma de honrar una cultura, la cual asegura se debe defender.
“Nosotros tenemos que seguir nuestra historia de familias que son extremadamente unidas y amorosas. Es nuestro principal rasgo. Y nunca es tarde para recalcar a las madres latinas que tienen a sus niños pequeños aquí, que nunca los priven del gran privilegio de poder hablar otro idioma”, destacó.
Faltan datos precisos
Como el caso de esta familia neoyorquina, miles de hogares de origen latino, particularmente de segunda y tercera generación de la Gran Manzana, solo hablan inglés en casa.
Actualmente no se disponen de datos actualizados que den cuenta con precisión de esta tendencia, en una ciudad en donde demográficamente el avance de la migración latinoamericana, tiende a crecer, dejando la última consulta censal de 2020, con muchas respuestas sin responder.
La última Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense, que puso el foco en la presencia del idioma español en los hogares del país, entre 2009 y 2019, expone que los hispanos nacidos en el país, cada vez más, hablan solo inglés en el hogar. Lo que creció aproximadamente el 42% en el 2019.
Los resultados de una encuesta del Centro Pew, de 2015, también mostró que aunque el español ha sido durante mucho tiempo una parte de la vida de los adultos latinos, el dominio de este idioma estaba en ese momento en declive entre los latinos de la segunda y tercera generación.
En ese momento, la “película” de hace ocho años, indicaba que la proporción del dominio del idioma caía al 6% entre los hispanos de la segunda generación y a menos del 1% entre los hispanos de tercera o más generaciones.
Un asunto generacional
Ante cruces de datos sin ninguna actualización, que no reflejan los cambios migratorios y demográficos que de manera acelerada ha registrado la Gran Manzana en los últimos cinco años, y con mayor fuerza, el último año, solo hay algunas descripciones que podrían dar algunas claves.
La docente dominicana de lenguaje, Beatriz Pereda, de 60 años, razona que hay varias realidades flotando al mismo tiempo en los vecindarios de mayoría hispana.
“Los padres de muchos adolescentes, que se criaron aquí, o llegaron muy pequeños y hablan mayormente el inglés, muchas veces consideran que no tienen un buen nivel de español. Y prefieren hablar en la lengua que más dominan. En este caso, la eventual cercanía de los abuelos, es fundamental para sumergirlos más en el idioma”, comenta.
La educadora jubilada pone en perspectiva que cuando los adolescentes, por alguna razón, tienen cerca a abuelas hispanas que no hablan inglés, generalmente tienen el complemento perfecto, para crecer en un entorno que los acerca más al bilingüismo.
“Es un asunto generacional. Tenemos miles de latinoamericanos de 30 y 40 años, que llegaron pequeños y por el ajetreo de las escuelas, trabajos e inclusive la universidad, solo se están comunicando en inglés. Ya tienen hijos a los cuales solo le hablan en inglés, pero cuando crecen al lado de sus abuelas de 60 y 70 años, todo puede cambiar”, describió.
Pereda asegura que si se compara con otras décadas, hoy en el 2023, hay más conciencia que para ascender profesionalmente en una ciudad como Nueva York, en donde se hablan centenares de idiomas, no es suficiente dominar el inglés.
“Es muy interesante por ejemplo que familias estadounidenses de diferentes culturas, están hoy muy interesadas en que sus niños aprendan otro idioma. Y otras, con recursos que pueden pagar una ‘nanny’ (cuidadora), prefieren que sea una hispana. Para que aprendan español. Eso es muy revelador”, aseguró.
Aquí se habla español
De acuerdo con cifras del Departamento de Planificación Urbana de la Ciudad de Nueva York, en esta urbe se hablan más de 200 idiomas.
“Casi la mitad de todos los neoyorquinos hablan un idioma distinto del inglés en casa, y casi el 25%, o 1,8 millones de personas, no dominan el inglés”, dice este informe.
Con datos más actualizados, la ciudad de Nueva York siempre ha estado en el grupo de las 10 áreas metropolitanas del país, en donde se habla más español.
El español sigue ocupando el segundo lugar, con el cual se comunican más personas en los cinco condados, seguido del chino.
Casi el 20% de los residentes de la Gran Manzana hablan este idioma en su casa. Hace una década la tendencia era del 18%.
En este sentido, la inmigrante peruana Carlota Quispe, con 20 años residenciada en la ciudad, es casi una “militante” que a todos sus nietos se les enseñe a hablar un “español perfecto”. Su nieta tiene 12 años. Creció en Nueva York y no habla la lengua de sus ancestros de manera fluida.
“Ella ya empezó a estudiar español con aplicaciones del teléfono. Yo siempre le voy a insistir a mis hijos que le enseñemos. Eso les dará un gran poder en el futuro. Los hispanos de varios países cada vez, somos más aquí. Y además de hablar el mismo idioma, creo que es momento que nos mantengamos más unidos”, aseveró Carlota ante la celebración del mes de la herencia hispana.
Una expansión no cuantificada:
- 2,335,076 personas que viven en la Gran Manzana tienen como primer idioma el español, de acuerdo con el Censo 2020, aunque existe la certeza que ese número se ha elevado de manera considerable en los últimos dos años.
- 26.5 % de la población estudiantil del estado de Nueva York en el rango K-12 es de origen hispano.
- 40% de la población estudiantil en la Gran Manzana se ubica en ese mismo rango, con datos sólo analizados detalladamente hasta el año 2019, la mayoría son de origen dominicano, puertorriqueño, ecuatoriano y mexicano. Solamente en el inicio del año escolar 2022-2023 se registraron 20,000 estudiantes recién llegados, el 75% de ellos aprendices de inglés.
- 15% de la población estudiantil de NY se clasifica como “aprendiz de inglés”, y en kindergarten y primer grado uno de cada cinco estudiantes entra en esa categoría.