Los astrónomos sugieren que un planeta similar a la Tierra no descubierto puede estar oculto dentro de nuestro sistema solar, posiblemente dentro del Cinturón de Kuiper.
Los astrónomos han puesto sus miras en las enigmáticas profundidades de nuestro sistema solar, especulando que un cuerpo celeste del tamaño de la Tierra podría estar al acecho, esperando ser revelado.
Este nuevo estudio, publicado en The Astronomical Journal, se basa en los movimientos de los objetos que residen en el lejano Cinturón de Kuiper.
Descubrir nuevos planetas no es tarea fácil, especialmente después de identificar los más llamativos, como Júpiter, que gentilmente se nos revelan. Si bien la búsqueda de exoplanetas (planetas más allá de nuestro sistema solar) implica detectar la sutil atenuación de la luz de las estrellas cuando pasan frente a sus estrellas madre, la búsqueda de cuerpos celestes dentro de nuestro sistema solar es una tarea mucho más compleja.
De hecho, el descubrimiento fortuito de Neptuno sirve como un excelente ejemplo. Fue el astrónomo y matemático Urbain Le Verrier quien notó una discrepancia entre la órbita observada de Urano y las predicciones hechas por la física newtoniana.
Los cálculos de Le Verrier propusieron que estaba en juego la influencia gravitacional de un planeta invisible que afectaba la órbita de Urano. Siguiendo esta hipótesis, el astrónomo alemán Johann Gottfried Galle divisó a Neptuno precisamente donde indicaban los cálculos de Le Verrier.
Ahora, los astrofísicos Patryk Sofia Lykawka de la Universidad de Kindai en Japón y Takashi Ito del Observatorio Astronómico Nacional de Japón analizaron la dinámica del Cinturón de Kuiper.
Los científicos simularon los movimientos de objetos que residen en esta remota región, lo que llevó a una hipótesis notable: un planeta del tamaño de la Tierra podría explicar los movimientos peculiares de objetos ubicados mucho más allá de la órbita de Neptuno.
Según los cálculos del equipo de investigación, este potencial planeta tendría una masa aproximadamente entre 1.5 y 3 veces la de la Tierra, siguiendo una órbita inclinada de aproximadamente 30 grados.
Curiosamente, los investigadores ofrecen información sobre dónde deberían centrar los astrónomos sus observaciones en su búsqueda para confirmar la existencia de este cuerpo celeste oculto.
En sus observaciones finales, los científicos enfatizan la importancia de sus hallazgos: “Los resultados del escenario KBP [planeta del cinturón de Kepler] respaldan la existencia de un planeta aún no descubierto en el extremo exterior sistema solar.”
Además, sugieren que este escenario predice la aparición de nuevas poblaciones de objetos transneptunianos (TNO) más allá de las 150 unidades astronómicas (au), firmas observables que podrían afirmar la existencia del planeta.
Los autores enfatizan que su propuesta es distinta del concepto de “planeta 9“, un cuerpo celeste teórico que se especula que es mucho más grande y está ubicado más lejos de nuestro Sol que el posible planeta similar a la Tierra que reside en el Cinturón de Kuiper.