SANTO DOMINGO. – En cada rincón del país, hay historias de lucha y resiliencia que a menudo permanecen en la sombra. Son historias de niños y adolescentes que han enfrentado tragedias, violencia, extrema pobreza o el abandono de sus familias. Sin embargo, en medio de estas realidades, existen espacios que brindan esperanza y una segunda oportunidad.
El senador del Distrito Nacional, Omar Fernández, destinó el Fondo Gadiel de este mes para transformar la vida de más de 100 niños y adolescentes que enfrentan estas difíciles circunstancias.
A través de su iniciativa, el senador por la Fuerza del Pueblo (FP) visitó tres centros de acogida que se esfuerzan día a día por proporcionar a estos jóvenes un hogar, educación y una oportunidad de futuro.
Con cada visita, Fernández recalca su compromiso con la transparencia y la devolución de estos fondos al pueblo: “Les recuerdo lo mismo todos los meses: estos fondos no son de mi propiedad, ni de ningún senador. Son de ustedes, de la gente. Esta oficina solo se ocupa de devolvérselos con transparencia, impactando vidas y realidades”.
En esta ocasión, los recursos fueron destinados a los centros Hogar, Vida y Esperanza; Centro Victoria y el Hogar Nuestra Señora de la Altagracia. Con ellos, según expresó el senador, se adquirieron utensilios esenciales, desde plantas eléctricas para garantizar luz en las aulas, hasta estufas y computadoras para mejorar la educación y la alimentación de los niños y adolescentes.
Historias que Conmueven y Realidades que Urgen Atención
Durante su recorrido, el senador conoció de cerca la realidad de muchos niños, como David, cuyos padres trabajan fuera de la ciudad por la dificultad de encontrar empleo; Manuel, quien nació sin la oportunidad de conocer a sus progenitores; o Camila, una adolescente que ha sido víctima de violencia física y psicológica.
Uno de los momentos más impactantes de la visita ocurrió cuando una de las representantes de un centro explicó la precariedad en la que operan: “Si se enferma un muchacho no tenemos con qué salir, si tenemos que ir a buscar los alimentos, todo hay que pagarlo, hasta para comprar los botellones de agua hay que pagar para buscarlos, pues no tenemos medio de transporte”.
En otro de los hogares, una maestra relató la falta de espacio para los niños: “Aquí montamos una aulita pequeñita, porque es que no nos caben. Damos clases aquí en el piso y ya nos hemos visto en la necesidad de tomar las escaleras. Si usted viene aquí en la tarde, las escaleras están llenas de niños cogiendo clase y un maestro ahí abajo, porque no tenemos otro espacio”.
A pesar de las adversidades, quienes trabajan en estos centros encuentran en su labor una satisfacción profunda. “Para mí es una gran satisfacción servirle a muchachas de bajos recursos económicos como estas jóvenes y sobre todo, verlas avanzar, darles lo digno y encaminarlas hacia un futuro mejor”, expresó otra de las cuidadoras.
Un Compromiso que Trasciende
“El país debe sentirse muy orgulloso de ti como político, de ti como persona”, le dijo con gratitud un ciudadano al senador durante la visita. Estas palabras resumen el impacto de una iniciativa que va más allá de la política y toca vidas de manera tangible.
Omar Fernández reconoce que aún queda mucho por hacer, pero destaca que cada acción cuenta. “Las necesidades de estos centros son enormes y aunque el Fondo Gadiel no puede solucionarlas por completo, con estos recursos buscamos aliviar la carga de más de 100 dominicanos con historias distintas, pero con tragedias similares”.
Al cerrar su recorrido, hizo un llamado a la solidaridad: “Aún queda mucho por hacer, cada aporte suma y cada acción cuenta. Apoyar estos centros es invertir en una sociedad más justa, solidaria y esperanzadora. Por eso, les invito a que juntos colaboremos con esta causa y sigamos cambiando historias. Esto es solo una muestra de todo lo que puede ocurrir Dentro del Barril”.
Con este esfuerzo, Omar Fernández reafirma su compromiso con los más vulnerables y con un ejercicio político transparente y humano, donde los recursos públicos vuelven a quienes más los necesitan.
