jueves 21 de noviembre de 2024 17:42 pm
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Siete personas han sido acusadas por la brutal muerte de Linver Alexander Ortiz Ponce, un hombre hispano de 29 años, en un caso que ha conmocionado a Nueva York. La víctima fue atacada salvajemente, golpeada y finalmente asesinada a tiros después de haberse estacionado frente a una casa ajena en Long Island, un acto que desencadenó una serie de violentos eventos, según informaron los fiscales del condado de Suffolk.

Entre los acusados se encuentran cinco adolescentes, lo que ha puesto de relieve la preocupante implicación de jóvenes en delitos de extrema violencia. Ortiz Ponce, que no conocía a sus agresores, estacionó su automóvil Camaro rojo frente a la residencia de Kayla Alvarenga en la avenida 5 de Bay Shore poco antes de la medianoche del 16 de septiembre de 2022. Este hecho, aparentemente inocente, desató una reacción violenta que terminó con su trágica muerte en el estacionamiento de una iglesia cercana.

El fiscal de distrito del condado de Suffolk, Raymond Tierney, expresó su consternación ante la brutalidad del crimen, afirmando: “El presunto homicidio en este caso ocurrió sin provocación y sin una buena razón. Nadie merece sufrir una muerte violenta simplemente por estacionar un automóvil. La presunta brutalidad mostrada aquí es inconcebible”.

Según las investigaciones, Alvarenga, de 22 años, se enfureció cuando Ortiz Ponce se negó a mover su vehículo tras su exigencia. La mujer contactó a su amigo, Christopher Perdomo, de 27 años, pidiéndole que “se encargara” de la situación. Perdomo llegó al lugar acompañado de tres adolescentes en un automóvil BMW robado, y juntos iniciaron el brutal asalto.

Ortiz Ponce fue sacado a la fuerza de su automóvil y golpeado repetidamente por los agresores. Desesperado, intentó huir y buscó refugio en una gasolinera cercana, pero los atacantes no cesaron en su búsqueda. Con la ayuda de dos adolescentes más, que se unieron al grupo, rastrearon a la víctima, lo encontraron escondido en la estación de servicio y lo agredieron nuevamente.

El grupo llevó a Ortiz Ponce en su propio automóvil hasta el estacionamiento de la iglesia “Jesus House of Prayer Church of God”, donde las cámaras de vigilancia capturaron la aterradora escena. Allí, Perdomo golpeó violentamente a la víctima con una pistola, y cada uno de los sospechosos lo atacó hasta dejarlo incapacitado. Posteriormente, y bajo las órdenes de Alvarenga, Perdomo le disparó, terminando con su vida. Tras el asesinato, los atacantes robaron la billetera de Ortiz Ponce y huyeron en los vehículos robados.

La investigación avanzó en febrero de este año, cuando uno de los adolescentes involucrados fue arrestado, lo que permitió identificar al resto de los sospechosos. Perdomo, quien había huido a Georgia, fue arrestado en ese estado y extraditado a Nueva York, donde enfrenta cargos por homicidio, secuestro y robo, con la posibilidad de ser condenado a cadena perpetua.

Kayla Alvarenga, además de ser procesada por este caso, también enfrenta cargos de homicidio por un incidente anterior. En 2021, fue acusada de participar en el asesinato de Louis Lombardo durante un intento de robo fallido a un traficante de marihuana. Aunque en ese caso fue condenada por robo, ya estaba cumpliendo una sentencia de 17 años cuando fue vinculada al asesinato de Ortiz Ponce.

El caso ha resaltado la creciente violencia relacionada con disputas por espacios de estacionamiento en Nueva York. En otros incidentes recientes, varias personas han sido asesinadas o gravemente heridas en conflictos similares, lo que plantea serias preocupaciones sobre la escalada de violencia en la ciudad.

Este trágico incidente es un recordatorio de la necesidad de abordar los problemas de violencia y criminalidad juvenil, así como de fomentar un mayor respeto por la vida y la integridad humana, especialmente en situaciones que no deberían escalar a tales niveles de brutalidad.

Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com

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