sábado 23 de noviembre de 2024 19:43 pm
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La Ciudad y el Concejo analizan cómo sacar de plano a los policías de la interacción con pacientes psiquiátricos.

El pasado mes de marzo, Win Rozario, de 19 años, llamó él mismo al 911 desde su apartamento en Ozono Park, en Queens, en medio de una crisis extrema de salud mental. Al lugar, acudieron dos oficiales del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD). A los minutos, todo terminó con el joven asesinado de varios disparos, luego que supuestamente amenazara con una tijera a los agentes y a su familia. En la escena estaba su madre y su hermano.

La anterior historia, todavía bajo investigación, protagonizada por una familia de migrantes de Bangladesh, es el testimonio fatídico más reciente que ha obligado a la Ciudad de Nueva York, a poner más los ojos a la Uniformada, en el momento en que atiende a llamadas de emergencia, en donde están envueltas situaciones domésticas o callejeras de personas con trastornos psiquiátricos.

Por ello, este lunes una comisión del Concejo Municipal inició las consultas y las audiencias para aprobar un proyecto de ley que obligaría a las autoridades municipales, a compartir con más precisión cada tres meses, cómo, cuándo y dónde, se atienden este tipo específico de emergencias.

“Basta de criminalizar en nuestra ciudad a los más vulnerables. Estos pacientes necesitan una interacción humana, profesional, compasiva, no de fuerza policial. Estamos obligados a examinar que está haciendo la Ciudad para atender estas emergencias”, exigió el concejal de Harlem, Yusef Salaam, quien encabeza la comisión de Seguridad Pública.

La legislación exigiría supervisar mucho más a la División de Respuesta a Emergencias de Salud Conductual (B-HEARD), un plan piloto de la Ciudad de Nueva York, trazado en 2021, en algunas comisarías policiales, para identificar con más claridad, cuando detrás una llamada al 911, se requiere un abordaje más profesional, que policial.

Se trata de una colaboración interinstitucional entre el Departamento de Bomberos (FDNY) y la Corporación de Hospitales Públicos (NYC Health + Hospitals) con la supervisión de la Oficina de Salud Mental Comunitaria de la Alcaldía (OCMH).

Hasta ahora esta estrategia, solo funciona en algunos horarios y en parte de algunos condados.

Ante el reporte de casos que terminan siendo puestos en los archivos de “brutalidad policial”, el gobierno municipal esgrime que ha implementado modificaciones durante los últimos tres años, para fortalecer estas operaciones, como el desarrollo de un “nuevo algoritmo para automatizar las llamadas” e identificar de manera más efectiva, cuáles emergencias requieren una respuesta B-HEARD.

En paralelo, reportan la contratación de más agentes especiales del 911 en este año.

“Se quedó pequeño”

Además, el proyecto de ley obligaría a NYPD y a FDNY, a crear criterios más claros para identificar de antemano y con más precisión, si al atender una llamada se trata de una emergencia asociada con una crisis de salud mental, en donde no están involucradas las armas. Y dejar evidencias que si en efecto, para la resolución de la “novedad”, intervino un equipo especializado de B-HEARD.

Este plan, a juicio de activistas y legisladores locales, se quedó “pequeño” ante la descomunal crisis de salud mental, que se registra en la Gran Manzana, porque en los hechos, sigue dejando en manos de la policía, gran parte de este tipo de emergencias.

Por su parte, activistas de la coalición Crisis Intervention Today (CCIT-NYC), está presionando para que se hagan cambios, aún más radicales en esta iniciativa, incluyendo la incorporación de trabajadores más capacitados, con experiencia en el sistema de salud mental, a estos equipos de respuesta.

Asimismo, critican que la Ciudad no ha compartido datos públicos sobre B-HEARD durante un año.

En sus propios balances, CCIT-NYC muestra que solo el 6% de las personas atendidas bajo este plan, han terminado en centros de atención médica comunitarios o servicios sociales. Mientras que el 60% de las personas fueron llevadas a hospitales.

Poco a poco

En contraste, la Ciudad divulgó datos oficiales en donde expone que durante 2024, los equipos B-HEARD respondieron a 14,900 llamadas, lo que representa el 73% de todas las llamadas de salud mental elegibles, en el área piloto, durante el horario de funcionamiento del programa.

En noviembre de 2021, este programa se amplió para responder a las llamadas por desequilibrios emocionales extremos, al 911, desde East Harlem hasta el río Hudson. En marzo de 2022, se expandió a Washington Heights, Inwood y partes del sur de El Bronx. Luego en junio de 2022, abarcó a dos comisarías policiales adicionales en el sur del Bronx.

En octubre de 2022, se implementó al resto del sur de El Bronx y a East New York y Brownsville.

En marzo de 2023, el alcalde Eric Adams anunció el compromiso de llevar esta iniciativa a toda la ciudad como parte de su Plan de Salud Mental. Ese mismo mes, B-HEARD cubrió a partes de Queens por primera vez y a vecindarios adicionales en Brooklyn. Desde octubre de 2023, cubre todo el condado de la salsa.

Sin embargo, los concejales de la comisión de salud mental y los líderes de organizaciones comunitarias, presionan para que ante la magnitud de esta “tragedia” que sigue cobrando vidas, se muevan recursos y acciones para que se trate de una política municipal integral, que incluya más estrategias de prevención.

“Es un asunto de 24 horas”

“Ya es tiempo que la policía saque sus manos por completo, de cualquier abordaje de este tipo de pacientes. Ellos no están preparados para escalar estas situaciones. Este tipo de acción, debe estar disponible 24 horas, todos los días. En todos los condados. En todas las escuelas. No entiendo siquiera, porque debemos estar discutiendo este tema todavía”, clamó Peggy Herrera, una activista de la organización ‘Freedom Agenda’ que exige al gobierno municipal, una respuesta “real” a la crisis de salud mental.

Esta activista y consejera, tiene “marcas” en su propia piel, de lo que la intervención policial desproporcionada puede significar en momentos extremos. Y cómo, en su opinión, el sistema judicial y policial sigue castigando con prisión a miles de personas que requieren de atención en salud mental, pero solo encuentran la “furia” de la justicia.

Peggy recordó que el pasado 25 de agosto de 2019, desde su casa en Jamaica, llamó al 911 para pedir ayuda para su hijo que estaba atravesando una crisis de salud mental. Esperaba una ambulancia y para su sorpresa llegaron efectivos de la NYPD. Ella se paró frente a la puerta, para impedir su acceso. Terminó esposada y detenida por una noche, por obstrucción a la justicia.

El razonamiento de portavoces de la alianza CCIT – NYC, es que los encuentros traumáticos entre los uniformados y las personas en crisis, son consecuencia de un sistema de apoyo social y de salud pública deficiente.

“La Ciudad debe brindar asistencia a las personas, antes de que se realice una llamada al 911 u otra comunicación en situaciones extremas, trasladar la respuesta de más de 200,000 llamadas a esta línea por año a un sistema de respuesta impulsado por profesionales que brinden el apoyo, después de un encuentro con los servicios de emergencia, sin importar la ubicación”, destacan en un comunicado.

Lo que dice la Ciudad

Los datos que muestra la Oficina de Salud Comunitaria de la Ciudad (OCMH), defienden que B-HEARD está ayudando a los neoyorquinos a acceder a opciones para el cuidado de la salud mental, a través del sistema 911. Un opción que antes no era posible.

“Las personas pueden recibir tratamiento de un profesional de la salud mental en cuestión de minutos. En el año fiscal 2024, de las 3,691 personas que recibieron una evaluación de salud conductual, por parte de un equipo de B-HEARD, el 43% pudieron permanecer en la comunidad, lo que potencialmente redujo la cantidad de traslados a las salas de emergencia”, expusieron fuentes oficiales.

La conclusión de Eva Wong, directora de OCMH es que estos datos destacan el progreso significativo de este programa y el impacto positivo de la “primera respuesta” centrada en la salud de la ciudad de Nueva York a las emergencias de salud mental.

“Estamos priorizando las llamadas totalmente clasificadas y eliminando los límites existentes”, remató.

¿Cuándo debo llamar al 911 por una crisis de salud mental?

Una emergencia es una situación que requiere una respuesta inmediata en persona de los servicios de emergencia. Si alguien está en riesgo inmediato de hacerse daño a sí mismo o a otra persona, llame al 911.

Además del 911, la ciudad de Nueva York también ofrece otras opciones para las personas que experimentan crisis de salud conductual, que se define como una situación que no pone en peligro su vida de manera inmediata. En este caso, llame a NYC Well al 1-888-NYC-WELL (1-888-692-9355), envíe un mensaje de texto con la palabra “WELL” al 65173 o chatee en línea en nyc.gov/nycwell para obtener ayuda en una crisis que no necesita una respuesta inmediata en persona.

La persona puede estar en riesgo de hacerse daño a sí misma o a los demás, desorientada o fuera de contacto con la realidad, agitada e incapaz de calmarse. Si esta crisis no se trata o se calma, podría resultar en una emergencia.

Los asesores de NYC Well están disponibles para brindar apoyo gratuito y confidencial las 24 horas, los 7 días de la semana por teléfono, mensaje de texto o chat.

Si no está seguro de si el 911 o NYC Well es más apropiado, comuníquese con NYC Well y un asesor capacitado lo ayudará a evaluar los pasos más apropiados, incluida la conexión con el 911 o con la gama completa de servicios de salud mental urgentes de la Ciudad.

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