domingo 24 de noviembre de 2024 10:35 am
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Las minilunas pueden ser una inesperada fuente de minerales y agua

Estos satélites son una cápsula del tiempo con la historia del sistema solar

En 2006 los astrónomos de la NASA encontraron un objeto peculiar orbitando alrededor de la Tierra. La primera impresión fue que se trataba de otro trozo más de entre los cientos que nos rodean por culpa de la basura espacial, pero tras decidir investigar un poco más descubrieron que era mucho más que eso, era una miniluna. No era la única.

Tras dar con otro satélite similar en 2020, estas minilunas que están de paso por la órbita de la Tierra se han convertido en algo más que una curiosidad. Además de ser cruciales por su importancia científica, también pueden convertirse en la clave para la exploración espacial que nos permita conquistar nuestro sistema solar.

¿De dónde salen las minilunas y por qué son tan importantes?

Aunque las hipótesis sobre su origen son por ahora sólo eso, ideas más o menos acertadas, se cree que estas minilunas provienen del cinturón de asteroides que hay entre Marte y Júpiter. Tras acercarse a la Tierra han quedado atadas a nuestra órbita y, en un punto difícil de concretar en el tiempo, llegado el momento nos abandonarán para siempre.

Antes de que lo hagan, la investigación espacial se plantea ir un paso más allá a la hora de estudiarlas en vez de limitarse a observarlas desde la Tierra. Las minilunas son una suerte de cápsula del tiempo de nuestro sistema solar que pueden contener información muy valiosa sobre la historia del mismo. Además, hablamos de asteroides que pueden ser ricos en minerales y, más importante todavía, agua.

Por ser cuerpos en órbita que se encuentran entre la Tierra y Marte, realizar misiones para probar tecnología supondría un esfuerzo mucho menos a nivel de combustible y recursos. Y si además pudiésemos extraer agua de ellas, la posibilidad de reconvertirlo en hidrógeno para utilizarlo como combustible, y aprovechar estas minilunas como lanzadera (sin tener que lidiar con la gravedad de la Tierra), puede ser un salto enorme para la exploración espacial.

Rubén Márquez

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