La víctima fatal fue baleada en la cabeza en un club nocturno de striptease en Manhattan, mientras las empleadas nudistas corrían afuera del local a medio vestir.
Un sujeto fue impactado mortalmente en el interior de un club de striptease ubicado en Manhattan la madrugada del domingo, dejando a las trabajadoras del local conmocionadas y algunas huyendo del lugar apenas vestidas, informaron las autoridades y los testigos.
Los oficiales se apersonaron al 355 de la Séptima Avenida en Koreatown a las 5:30 de la madrugada hallando a la víctima de 32 años con una herida de bala en la cabeza, explicó el Departamento de Policía de Nueva York.
“Las niñas estaban desnudas, gritando, diciendo que habían matado a alguien. Mucha gente entró corriendo a la tienda de allí para vestirse. Estaban desnudos”, expresó un guardia de seguridad que trabaja en un edificio cercano.
El nombre de la víctima no ha sido dado de conocer hasta el momento, mientras se le notifica a sus familiares, indicaron los funcionarios e informó Daily News.
Los agentes no han proporcionado una descripción del sospechoso del tiroteo y declaró que nadie ha sido detenido.
“La gente decía: ‘¡Está muerto! ¡Él está muerto! ¡Él está muerto!’ Estaban llorando… Saltaban sobre su cuerpo”.
En el edificio localizado en las cercanías de West 30th Street se encuentra una pizzería de un dólar en el primer piso y el “Foxy Fitness & Pole Training Studio” en el segundo y cierra a las 5:00 de la tarde, de acuerdo con su listado en Google.
Algunas fuentes de la policía manifestó que también alberga un club de striptease nocturno, que según otro vigilante dijo que era conocido en el vecindario como un “mal lugar”.
En el mes de septiembre, un miembro de los seguidores del cantante R&B Trey Songz presuntamente sacó una pistola en el sitio y abrió fuego, informaron las fuentes en ese entonces.
Nadie resultó herido durante el tiroteo, que se desató cerca de las 5:00 de la mañana del pasado 11 de septiembre.
No se hicieron arrestos vinculados con esa balacera, confirmó el NYPD el domingo.
Por Marlyn Montilla
