Un policía y un militar perdieron la vida el pasado jueves durante un violento enfrentamiento con miembros de una organización criminal en el municipio de Tapachula, ubicado en el estado mexicano de Chiapas, al sur del país. El incidente ocurrió mientras las fuerzas de seguridad realizaban una operación de rescate de un grupo de inmigrantes que se encontraba secuestrado, según informó la agencia de noticias AP.
La operación de las autoridades se centraba en un inmueble de Tapachula, donde se sospechaba que los inmigrantes eran mantenidos cautivos. Sin embargo, al llegar al lugar, las fuerzas del orden fueron recibidas a tiros por varios individuos desconocidos que dispararon con armas de alto calibre. El enfrentamiento resultó en la muerte de dos uniformados: uno de la policía y otro del ejército. Además de las bajas en las fuerzas de seguridad, un civil también falleció como resultado del tiroteo, y otros tres agentes resultaron heridos durante el intercambio de disparos.
La Fiscalía General de Chiapas emitió un comunicado informando sobre el rescate de 22 personas de diversas nacionalidades, entre ellas dos menores de edad. Durante la operación, las autoridades también lograron decomisar 16 armas, chalecos antibalas, municiones y detuvieron a varios individuos vinculados con el crimen organizado. La Fiscalía no detalló el número exacto de detenidos, pero se precisó que los mismos estaban relacionados con actividades de tráfico de personas y el crimen organizado.
Este ataque resalta la creciente violencia en la región, exacerbada por la actividad de los carteles de la droga y las organizaciones criminales que operan en el sur de México, involucradas en el tráfico de personas y la explotación de inmigrantes que buscan llegar a Estados Unidos. En respuesta al incidente, las fuerzas de seguridad estatales y federales han intensificado sus operaciones en otros municipios de Chiapas, con el objetivo de desmantelar redes de tráfico de personas y frenar el avance de los cárteles en la zona.
El rescate de los inmigrantes y las investigaciones posteriores subrayan la grave situación de seguridad en algunas zonas del sur de México, donde los enfrentamientos entre autoridades y grupos criminales se han vuelto más frecuentes, generando preocupación sobre la estabilidad de la región.
