viernes 13 de diciembre de 2024 05:59 am
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Un hombre que admitió haber conducido a 119 mph en la autopista de Long Island en el año 2022, mientras estaba bajo los efectos del alcohol y las drogas antes de arrollar contra la parte de atrás de otro automóvil y matar a un niño de 9 años, fue condenado a entre 4,5 y 13,5 años de cárcel, informó el fiscal de distrito del condado, Raymond Tierney.

Identificado como Travis Dickson, de 32 años, se declaró culpable en febrero de este año de: homicidio involuntario en segundo grado, homicidio vehicular en segundo grado, agresión en segundo grado, agresión en tercer grado, conducir en estado de ebriedad y conducir en estado de ebriedad por la influencia combinada de alcohol y drogas, conducción imprudente y operación agravada de un vehículo de motor sin licencia.

Si bien el hombre fue condenado a 4,5 y 13,5 años de prisión, la fiscalía pedía entre 5 y 15 años tras las rejas, la pena máxima permitida por la ley, informó NBC New York.

“Como lo ilustra claramente este caso, los conductores ebrios y bajo los efectos de las drogas son un peligro para nuestras comunidades y muchas veces causan colisiones que resultan fatales para víctimas inocentes”, dijo el fiscal de distrito Tierney.

“Un niño perdió la vida por las acciones egoístas del acusado. Espero que esta sentencia de prisión brinde un pequeño grado de consuelo a la familia de la víctima que, sin duda, todavía está de luto por su pérdida”.

El 22 de agosto de 2022, cerca de las 1:49 de la mañana, Dickson conducía un BMW 540i 2018 que se dirigía al oeste por la autopista de Long Island a 119 mph, alcoholizado y habiendo fumado marihuana, antes de chocar contra la parte de atrás de un Toyota Corolla 2019. Dentro estaba Ángel Salas, de 9 años, sujeto en un asiento elevado, y su padre, manejaba el vehículo.

El menor fue trasladado al Hospital Universitario Stony Brook, donde estaba en estado crítico.

Su padre fue llevado al mismo centro médico para recibir tratamiento por lesiones que no ponían en riesgo su vida. Dos días después, los médicos determinaron que el infante tenía muerte cerebral y posteriormente le retiraron el soporte vital tras hacer arreglos para donar sus órganos.

Por Marlyn Montilla

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