martes 8 de octubre de 2024 11:21 am
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Un grupo de investigadores de las universidades de San Diego (Estados Unidos) y Adelaida (Australiapublicaron en la revista Science un estudio en el que demuestran el uso de bacterias modificadas para detectar el ADN tumoral en los intestinos de ratones.

Previamente se han hecho modificaciones similares para que las bacterias sean diseñadas para llevar ‘cargas terapéuticas’ al interior de tumores sólidos, sobrepasando las barreras que hay con el uso de otros tratamientos o medicamentos que perjudican el sistema inmune o golpean la salud del paciente.

La guerra contra el cáncer que comenzó con tratamientos agresivos basado en mezclas de químicos ahora podría incorporar seres vivos gracias a estas bacterias dado que estas son modificadas para adaptarse a su entorno, una “técnica” que ya utilizan otros microorganismos por ejemplo para resistir los antibióticos. En otro estudio, científicos generaron un nuevo fármaco contra el cáncer de páncreas que aumentaría la supervivencia en un 45 %.

Las bacterias utilizadas son la Acinetobacter baylyi, el cual fue modificado para que identifique el gen KRAS mutado, el cual tiende a ser la base de muchos tumores. La bacteria adquiere la habilidad de detectar este tumor cuando se está formando y una vez lo identifica, puede ser dirigida con ultrasonidos para destruirlo.

Esta guía por medio de ultrasonidos permite “cargar” la bacteria con distintos fármacos para que los deposite en el tumor. Esto supone un avance inmenso dado que la bacteria, al haberse adaptado al entorno, no resulta siendo combatida por el sistema inmunitario, aumentando la eficacia de las medicinas.

Adicionalmente, el ultrasonido activa la liberación del fármaco solo en las células dañinas, evitando que haya efectos nocivos o perjudiciales en las células sanas. Aun así, este trabajo es una prueba concepto que solo ha sido utilizada en roedores, sin embargo, los investigadores dicen ya tener ideas sobre cómo llevar este tratamiento a humanos.

Robert Cooper, investigador de la Universidad de California en San Diego, explica que la administración de esta ‘bacteria’ podría darse por medio de una “pastilla probiótica” que tendría las bacterias modificadas dentro y las bacterias posteriormente serían extraídas para ser analizadas y continuar el tratamiento.

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